Filtros para Internet

Los filtros y otras protecciones de carácter técnico
Puesto que la red de Internet es vehículo de contenidos tanto positivos como negativos, han surgido dispositivos técnicos que impidan el paso de los contenidos negativos, de modo semejante a como el agua contaminada se hace pasar por un filtro, que detiene los elementos nocivos. Estos dispositivos realizan una prevención inmediata, que presupone la prevención remota de orden cultural y ético, que crea en la persona la decisión de querer usar bien Internet. Sin este componente cultural y ético los filtros serían poco eficaces[3].
Los primeros sistemas de prevención inmediata que se utilizaron funcionaban sobre la base de una lista de páginas web negativas a las cuales no se permitía el acceso. Este sistema requería una continua actualización, y exigía que alguien se dedicase a explorar continuamente la red para incluir en la lista de las “prohibidas” las páginas negativas de reciente creación. No resultaba muy práctico.
Con el aumento de la potencia de los ordenadores personales, se hizo posible introducir en ellos un programa capaz de analizar en el acto el contenido de la página a la que se va a acceder, y de impedir el acceso si esos contenidos son negativos. Son los actuales filtros más divulgados: Optenet, CyberPatrol, CyberSitter, Net Nanny, Surfwatch, X-Stop, Rated-PG[4]. Uno de los límites que pueden tener es que analizan los contenidos en algunas lenguas, pero no en otras (por ejemplo, los más comunes en Italia no analizan páginas escritas en ruso). Su eficacia es alta, pero no llega al 100%. Pueden detener artículos de teología moral o libros de la Biblia, porque contienen una o varias palabras sospechosas (“homosexual”, “prostituta”), y dejan pasar otras páginas que pueden tener inconvenientes, aunque son bastante seguros para detener páginas de contenido fuertemente erótico.
Otra vía de protección es la catalogación de las páginas con el sistema ICRA. El propietario de la página la define según una escala de criterios que se le proporciona. El usuario instala en el ordenador el filtro ICRAplus, gratuito, y el usuario mismo define qué nivel desea aceptar en cada categoría (violencia, lenguaje soez, desnudos, etc.). Para modificar los criterios de admisión de las páginas hay que disponer de la password. Por desgracia, son pocas las páginas web que aplican este sistema de auto-catalogación, por lo que este medio no resulta por ahora muy eficaz.
Una tercera vía de protección es usar Internet a través de un Provider que ya aplica un sistema de filtración serio y bien orientado. Este es el caso, por ejemplo, de “Davide.it”. Es un sistema gratuito y eficaz, muy apropiado para las familias, aunque no es del todo perfecto: alguna vez no deja pasar contenidos buenos, o deja pasar cosas no del todo convenientes. Los expertos de buen criterio lo consideran muy aconsejable para los hogares donde hay niños. El verdadero límite es que hoy día los niños saben bastante de informática, y pueden abrir una conexión gratuita con otro Provider sin que los padres se den cuenta. La prohibición de establecer otras conexiones que se puede introducir en Windows XP se puede saltar con facilidad.
Un último sistema, concebido para la protección de menores, consiste en instalar el filtro gratuito ICRAplus y programarlo para que deje acceder sólo a las páginas que se le indican expresamente. La filosofía en que se basa es la misma con la que se forma en el hogar una biblioteca. Como los padres compran sólo los libros que se quieren tener o que se desea que los hijos lean o puedan leer, y no todos los que hay actualmente en el mercado, los padres determinan las páginas web que consideran que sus hijos necesitan para el estudio, información, descanso, juego, etc. Pienso que la aplicación de este sistema para el uso de adultos es más discutible. En todo caso, este sistema requiere una educación esmerada, que permita verlo como una ayuda deseada y bien motivada para el uso recto que se quiere hacer de Internet. De lo contrario, no educa e incluso es contraproducente. Si una persona joven, en cuya casa se usa este sistema de protección, cuando está en otro lugar se lanza ávidamente a hacer todo lo que en su casa no puede hacer, es una persona en cuya educación se ha fracasado por completo. Tarde o temprano se emancipará, tendrá su propio hogar, y hará lo que quiera hacer, yendo quizá más lejos en el mal de lo que vayan otras personas que han vivido más libremente y han aprendido a administrar su libertad. En la pedagogía hay una larga experiencia en esta materia: personas que no rezan o no van a Misa porque en el colegio al que iban de pequeños les obligaban a rezar o a ir a Misa, etc. Es un tema clásico, sobre el que hay muchos estudios que obligan a reflexionar seriamente acerca del modo y de la medida en que se emplean las restricciones, que en todo caso han de ir adecuándose a la edad y al desarrollo de los jóvenes.

De Rodríguez Luño. Aspectos éticos del uso de Internet