Os rogamos que os Consagréis para que os podamos proteger

Jesús a Y María de Getsemaní, México

(...) Dónde están sus obras ¿Llegarán ante Mí con las manos vacías? ¿Sabéis el dolor que es ese! ¡No lo podéis siquiera imaginar!
Llegar después de una vida plena de bendiciones y llegar sin nada… A no presentarMe cuentas de algo bueno.
Si seguís viviendo para vosotros no habrá Salvación, Pequeños, no la puede haber así. Al menos, en este tiempo que resta, haced el esfuerzo, pero el esfuerzo TOTAL que ya habéis perdido mucho tiempo. Para ello habréis de CONSAGRAROS, como os insiste tan amorosamente Mi Santísima Madre.
Hacedlo, Pequeños, que todo lo dais al Cesar y nada Me Dais a Mí, ¿Que no saben que el cesar tiene moneda sólo terrenal y nada vale ante la eternidad!
Confiad vuestra providencia al Cielo que nunca os desamparará.
Llegados los acontecimientos ya no podréis pedir la protección que quisiéramos daros. En medio del cataclismo ¿ahí pretendéis aprended a orar, Mis Niños!
Hacedlo ahora que hay salud, hacedlo ahora. No desaprovechéis estos tiempos últimos.
Se avecina Mi Divina Misericordia (*). Id viendo lo que es, estudiad y aprended sus Santas Promesas.
No dejéis este rayito de luz que tenéis aún por alma que se apague, no lo dejéis apagar.
(HABLA SAN MIGUEL ARCÁNGEL)
San Miguel
Ya ves como con nuestra protección hasta los malos pensamientos huyen, como tu alma está invadida por paz y bienestar.
Allá afuera el Maligno anda tomando almas con una facilidad que da pena, no tienen ni con que resistir. Tan llenas de pecado están las almitas que con un soplo son echadas por tierra. Ya ni batalla dan. Si vosotros no tenéis fuerza, sabed que quienes somos Fieles al Cielo la tenemos, por eso os pedimos, -prácticamente os rogamos- que os Consagréis para que Nosotros os podamos proteger ¿Lo podéis comprender?
Visión Espiritual:
Me veo parada en un desierto y detrás de mi un Ángel, San Miguel, enorme -me parece que es cuatro veces la altura de un ser humano- y yo estoy tan en calma, como ahora.
Me muestran a otra persona que no está Consagrada, que no pide protección y la veo desesperada tratando de alejar unos insectos que vuelan, como pájaros, hacia ella y no tiene ni un instante de paz, porque no termina de espantar a uno cuando otra alimaña, esta vez una serpiente ya se le acercó. Con sus solas fuerzas humanas lucha contra esas criaturas, pero es infructuoso su esfuerzo. Se, con claridad que es el ORGULLO lo que le impide pedir protección al Cielo -CONSAGRARSE- para poder estar en tranquilidad y calma. Y se que esas son las opciones y sólo la humildad de saberos tan  impotentes y solicitar la ayuda del Cielo nos va a dar esa calma, ese gozo tan anhelado. Para ello, -nos lo dicen del Cielo-, la Consagración es necesaria. Si ya la hemos hechos, a cada rato repetirla.
(HABLA SAN JOSÉ)
San José
Pequeña, una vez consagrados a Jesús y María Santísima Consagradme a sus familias (**).
Que así sea…
Amen
(*) EL Día de la Divina Misericordia que es el Domingo siguiente al de la Pascua de Resurrección 
(**) ¿Cómo se han de Consagrar San José?
Con la libertad que Nuestro Amado Padre os ha confiado como signo de amor y semejanza a las criaturas Celestiales, decid así:
San José Consagro Mi Familia terrenal completa a tu Paternal Protección para que nos mantengáis en resguardo discreto y seguro en estos tiempos. No permitáis, Amado San José, que ni uno sólo se pierda muriendo sin los ritos sacerdotales y sin tu Amable y amante presencia al lado de cada moribundo de nuestra Familia. Te Confiamos a ti esta que es el mayor Bien que El Cielo nos ha prestado para juntos alcanzar la Gloria Celestial. Amen.