Visiones: Santiago el Mayor, apóstol de España

  1.  Santiago el Mayor, apóstol de España(*) Desde Jerusalén viajó Santiago, a través de las islas griegas y de Sicilia hasta España, deteniéndose en Gales. Como no fue recibido bien en esta región, se dirigió a otra Con todo, no le fue mejor en este lugar. Lo tomaron preso y hubiera sido asesinado, si un ángel no lo hubiese librado milagrosamente de las manos de sus opresores. Dejó en España a siete discípulos y se trasladó, pasando por Marsella, en el sur de Francia, a Roma. Más tarde volvió a España y se dirigió desde Gales, a través de Toledo, a Zaragoza. Aquí se convirtieron muchos de los naturales del lugar; barriadas enteras reconocieron a Cristo y se despojaron de sus objetos de idolatría He visto aquí a Santiago en grandes peligros. Fueron lanzadas víboras contra él; pero el apóstol las tomaba tranquilamente en sus manos. Nada le hacían. Al contrario, se volvían furiosas contra los sacerdotes de los ídolos, que empezaron desde entonces a temerle y a respetarlo. He visto después como empezando apenas a predicar en Granada, fue preso con todos sus discípulos y convertidos. 

  2. Santiago llamó en su ayuda a María. que entonces vivía aún en Jerusalén, rogándole lo ayudase, y he visto como. por ministerio de los ángeles. fue librado de modo sobrenatunl, él con sus discípulos. de la prisión Le fue impartida la orden de María, por medio de un ángel, de ir a Galicia a predicar allí la fe, y luego volver a su residencia de Zaragoza. 

  3. He visto más tarde a Santiago en gran peligro por causa de una persecución y tempestad contra los fieles de Zaragoza. He visto al apóstol rezando de noche con algunos discípulos junto al río, cerca de los muros de la ciudad; pedía luz para saber si debía quedarse o huir. El pensaba en María Santísima y le pedía que rogara con él para pedir consejo y ayuda a su divino Hijo Jesús, que nada podía entonces negarle. De pronto vi venir un resplandor del cielo sobre el apóstol y aparecieron sobre él los ángeles que entonaban un canto muy armonioso mientras traían una columna de luz. cuyo pie, en medio de un rayo luminoso, señalaba un lugar, a pocos pasos del apóstol, como indicando un sitio determinado. La columna era bastante alta y esbelta, de un resplandor rojizo, con vetas de varios colores y terminaba arriba como en un lirio abierto, que echaba lenguas de fuego en varias direcciones; una de ellas iba al Occidente, hacia Compostela; las demás, en diversas direcciones. En el resplandor del lirio vi a Mru·ía Santísima, de nívea blancura y transparencia. de mayor hermosura y delicadeza que la blancura de fina seda. Estaba de pie, resplandeciente de luz, en la forma en que solía estar en oración cuando aun vivía sobre la tierra. Tenía las manos juntas, y el largo velo sobre la cabeza. la mayor parte del cual colgaba hasta los pies, como si estuviese envuelta en él. Posaba sus pies menudos y finos sobre la flor que resplandecía con sus cinco lenguas. Aparecía todo el conjunto maravillosamente delicado y hermoso. 

  4. 10. Vi que Santiago se levantó del lugar donde estaba rezando de rodillas, recibió internamente el aviso de María de que debía erigir de inmediato una iglesia allí; que la intercesión de María debía crecer como una raíz y expandirse. Le dijo María que debía, una vez terminada la iglesia, volver a Jerusalén. Santiago se levantó, llamó a los discípulos que lo acompañaban, que habían oído la música y visto el resplandor; les narró lo demás. y presenciaron luego todos como se iba desvaneciendo el resplandor de la aparición. 

  5. Después que Santiago realizó en Zaragoza lo que María le había ordenado, formó un conjunto de doce discípulos, entre los cuales he visto que había hombres de ciencia. Estos debían proseguir la obra comenzada por él con tanta fatiga y contradicciones. Santiago partió de España, para trasladarse a Jerusalén, como María le había ordenado. En este viaje visitó a María en Éfeso. María le predijo la proximidad de su muerte en Jerusalén, y lo consoló y lo confortó en gran manera. Santiago se despidió de María y de su hermano Juan, y se dirigió a Jerusalén, donde al poco tiempo fue decapitado. Santiago fue llevado al monte Calvario, fuera de la ciudad, mientras predicaba en el camino y convertía muchos oyentes. Cuando le ataron las manos, dijo: "Vosotros podéis atar mis manos, pero no mi bendición y mi lengua". Un tullido que se encontraba a la vera del camino, clamo al apóstol que le diera la mano y lo sanase. El apóstol le contesto: "Ven tu hacia mi y dame tu mano". El tullido fue hacia Santiago, tomó las manos atadas del apóstol y se halló sano. Vi a su entregador, llamado Josías, correr hacia él y pedirle perdón. Este hombre confesó a Cristo y fue muerto por su fe. 

  6. Santiago le pregunto si quería ser bautizado y habiendo contestado que si. el apóstol lo abrazó y besó. y le dijo: "Tú serás bautizado en tu propia sangre". Vi a una mujer llegarse a Santiago con su hijo ciego y alcanzar de él la salud para su hijo. Primeramente fue Santiago mostrado con Josías en un lugar elevado: allí se les leyó la culpa y la sentencia en voz alta. Después lo he visto sentado sobre una piedra, a cuyos lados fueron atadas sus manos. Le vendaron los ojos y le cortaron la cabeza. Habían entretanto encerrado en su misma casa a Santiago el Menor. Hallábanse entonces en Jerusalén: Mateo, Natanael Chased y Natanael el esposo (de Caná). Mateo moraba en Betania. 

  7. La casa de Lázaro hacia ya tiempo que estaba destinada para uso de los discípulos, como igualmente sus posesiones en Judea. El castillo de la ciudad lo habían ocupado los judíos. Después de la muerte del apóstol se produjo un gran tumulto en la ciudad y muchos se convirtieron a la fe de Cristo. El cuerpo de Santiago estuvo un tiempo en las cercanías de Jerusalén. Cuando se desencadeno una nueva persecución, lo llevaron a España algunos discípulos, entre ellos José de Arimatea y Saturnino. Pero la reina Lupa, que había perseguido a Santiago, no permitió que fuese enterrado. Los discípulos lo depositaron sobre una piedra, la cual se hundió y vació formando un sepulcro. Sucedió allí otra maravilla: algunos cuerpos allí enterrados fueron arrojados de sus lugares. Por las insidias de Lupa los discípulos fueron reducidos a prisión por el rey; librados milagrosamente de la cárcel, mientras huían, fueron perseguidos por el rey y sus caballeros. El puente se rompió al pasar y perecieron el rey y su gente. La reina Lupa, aterrada mandó a los discípulos cristianos que fueran al desierto y tomando toros salvajes los uniesen al carro: que donde estos animales condujesen el cuerpo de Santiago allí podrían edificarle una iglesia. Pensaba que de este modo los animales feroces destruirían todo en su desenfreno. Los discípulos 
  8.  encontraron. en su entrada al desierto, a un dragón, el cual, por la bendición de ellos, reventó por medio. Los toros feroces, en cambio, se dejaron uncir tranquilamente y llevaron el sagrado cuerpo al interior del mismo castillo de Lupa. Así sucedió que fue enterrado Santiago en el castillo, puesto que Lupa se convirtió haciéndose cristiana, con su pueblo. El castillo se convirtió en iglesia. En este sepulcro se obraron muchos milagros. Más tarde se llevó su cuerpo a Compostela, que se convirtió en uno de los más famosos lugares de peregrinación. El apóstol Santiago trabajó en España cerca de cuatro años. 

  9. (*) Que Santiago fue a Espaíña a predicar lo afirman San Antonino; San Isidoro, en el libro Vita et morte Sanctorum; Braulio, Arzobispo de Zaragoza (651 ); Juliano, Arzobispo de Toledo (G90)2 los Papas Calixto 11, Pfo V, Sixto V, el Venerable Beda. EL historiador Gretscher afirma que es antiqufsima tradición de todas las iglesias de España 
Visiones de Ana C Emmerick