Francisco sorprende: Pide descentralizar el papado y ponerlo al servicio de Iglesias locales



El Papa Francisco presidió este sábado 17 de octubre en el aula Pablo VI del Vaticano la conmoración del 50º aniversario de la institución del Sínodo de los Obispos. En la celebración estuvieron presentes los padres sinodales de los cinco continentes, quienes se encuentran en Roma en ocasión del Sínodo ordinario sobre la familia (4-25 de octubre).
Durante el acto de clausura de la conmemoración, el Papa Francisco ha hecho un discurso que levantará más de una reflexión al interno y al externo de la Iglesia al pedir la descentralización y una “conversión del papado” y más atención a las realidades de las iglesias locales y de los fieles. Un camino de comunión en clave ecuménica que abre al diálogo con las iglesias orientales, que después del Cisma de Oriente, discuten el poder absoluto del papado.
“Desde el inicio de mi ministerio como Obispo de Roma he querido valorizar el Sínodo”, dijo el Papa, al mismo tiempo, que lo consideró como una preciosa herramienta conciliar.
El Papa rememoró la visión del beato Pablo VI y de san Juan Pablo II sobre el perfeccionamiento, el mejoramiento continúo del proceso sinodal y la colegialidad como responsabilidad pastoral. Asimismo, citó a Benedicto XVI que aprobó el Ordo actual del Sínodo.
El Sínodo de los Obispos fue instituido por papa Pablo VI el 15 septiembre de 1965 y que nace del espíritu de colegialidad del Concilio Vaticano II.
La sinodalidad como símbolo de Servicio
“Jesús ha constituido la Iglesia poniendo en su vértice el Colegio apostólico, en el cual el apóstol Pedro es la roca, aquel que debe confirmar en la fe a los hermanos en la fe”, recordó.
Sin embargo, el Papa comparó – contrario a las lógicas jerárquicas – a la Iglesia a una “pirámide invertida”, el vértice se encuentra en la base. Es decir, sacerdotes, obispos, cardenales y el papa, como “ministros” son los más pequeños entre todos, porque están al servicio del pueblo de Dios.
La sinodalidad – sostuvo – es el marco interpretativo para entender la jerarquía del papado. Así indicó que en el eje Sínodo-Iglesia “nadie puede ser ‘elevado por encima de los otros’. Al contrario, “en la Iglesia es necesario que alguien se abaje para meterse al servicio de los hermanos durante el camino”.
El único poder – insistió – es la autoridad del servicio, “el único poder es el servicio a la cruz”. El Papa invitó a seguir a Jesús que invitó a sus discípulos a ser servidores: “Quien quiera ser el primero entre ustedes, sea vuestro esclavo” (Mt. 20, 25-27).
Descentralización del poder del Papa
El Papa citó a Juan Pablo II cuando se refirió a la urgente “conversión del papado”. El Papa levantó aplausos al decir que todavía la Iglesia está a mitad del camino de una Iglesia sinodal. El Papa- advirtió- no puede sustituir a los episcopados locales que preceden en cada territorio. Así auspició una “descentralización” del poder del Papa para agilizar las decisiones de los obispos locales en la atención de las personas en cada territorio.
Ecumenismo
El Pontífice está llamando a una conversión del papado que incluso podría mejorar las relaciones con las Iglesia orientales que discuten la primacía absoluta del papa romano.
Entretanto, en otro episodio del discurso, indicó no es una perdida de poder para el Papa o para los Obispos la sinodalidad y la colegialidad. Todo lo contrario, “no es una limitación de la libertad, sino una garantía de unidad”. De hecho, el Papa se proclamó servidor y protector de la unidad.
Sínodo para caminar juntos
“Desde el Concilio Vaticano II hasta la actual Asamblea sinodal sobre la familia, hemos experimentado de forma progresiva la necesidad y la belleza de Caminar juntos”.
Asimismo, invitó a seguir por este camino. “Precisamente el camino de la sinodalidad es el camino que Dios se espera de la Iglesia del tercer milenio”. En este sentido, explicó que sinodalidad significa  trabajar con todos los fieles, pero señaló la dificultad de poner las palabras en práctica.
El Pontífice habló de una evangelización que está relacionada con el Sínodo. Por ello, reveló que todos, en referencia especial de los laicos, están llamados a ser “actores activos de la evangelización”.
Escuchar al pueblo en el sentido de la fe: cuestionarios sobre la familia
Así, el Papa explicó porque ha pedido consultar a las familias para el Sínodo, a través de los cuestionarios. “¿Pero como sería posible hablar de familia sin interpelar las familias, escuchando sus alegrías, y sus esperanzas, y sus dolores y sus angustias?”, remarcó.
En este sentido, indicó que la respuesta a los dos cuestionarios dirigidos a las Iglesias particulares sobre la familia han sido una oportunidad para escuchar “por lo menos algunas de ellas (las familias) alrededor de las cuestiones que las tocan”.
Aprender del pueblo y de su fe
Una Iglesia sinodal – exhortó – que escucha en un ejercicio “reciproco” para aprender. Un proceso que involucra “el Pueblo fiel, el Colegio episcopal y el Obispo de Roma: Uno que escucha al otro; y todos que escuchan el Espíritu Santo, espíritu de Verdad”.
“Un dono de escuchar; escuchar a Dios, hasta sentir con él el grito del Pueblo; escuchar el Pueblo”.