¡Ay de los sacerdotes que dan a Mi Hijo a cualquiera para que lo toque!

Mensajes al sacerdote Wilson Salazar, febrero 2011 

(...) Yo soy Dios y Yo mismo pastoreare mi Iglesia manteniéndola firme en la fe; el que cree en Mí, no morirá para siempre. ¡Ay de los pastores, ay de los pastores que no aman a mi Hijo en la Eucaristía!, ¡que no aman a mi Hijo en la Eucaristía!, ¡ay de los sacerdotes malos, de los pastores traidores y pecadores que tocan a mi Hijo con manos impuras, en pecado mortal, llenas de crímenes y pecados más les valdría no haber nacido!, ¡ay de ellos, que con manos impuras lo tocan y no le aman, manipulan a mi hijo y lo tratan como cualquier cosa, lo levantan (en la consagración) como cualquier cosa y lo dan a cualquiera para que lo toque! (a los ministros extraordinarios de la Eucaristía y a los laicos)  

Llegara el día en que recibirán mi castigo, Ay de mi Iglesia, Yo soy Dios. Ay de los pastores que se apacientan así mismos acomodándose a este mundo y dejando perder mis almas dejándolas a merced del enemigo para su perdición y llevando sacrilegios en mi iglesia, ¡ay de los pastores que han corrompido mis sacramentos y manipulan a mi Hijo haciendo sacrílego lo más sagrado que se les dio en sus manos, más les valdría no haber nacido!

Traicionan lo más sagrado que encomendé a mi iglesia: mi Hijo amado. Ay de los pastores que se apacientan así mismos porque me darán cuenta del rebaño y yo se los quitare por sus maldades.