El Ángel con la flecha de fuego herirá a Roma

Mensaje a un Alma Escogida, 19/6/2015
  

El tiempo está ya sobre vosotros, Fátima, Medjugorje, Garabandal, Guadalupe, Akita, Lourdes, La Salette, y demás pueblos y naciones, lugares en donde Yo, la Gran Madre de Dios, me he hecho presente para manifestaros Mi Amor y Mi cercanía con vosotros.

Para todos vosotros, hijos de un mismo Dios, os traigo el mismo mensaje, os traigo la misma Luz, Luz de las naciones, y os muestro el mismo camino a seguir: Jesucristo, único Camino, Verdad y Vida.

Debéis ser valientes, firmes en la fe que profesáis en Jesucristo, vuestro Salvador y Señor.
Sed dóciles como la paloma, pero astutos como lo es la serpiente, para que no seáis engañados ni aceptéis otro Evangelio ni doctrina nueva, que viene de los hombres y no del Espíritu de Dios. Doctrinas engañosas, que justifican el pecado para que el pecador no se arrepienta y siga en su vida de pecado y de error, sintiéndose justificado por una falsa misericordia, no respetando los límites de Dios, amando más las leyes de los hombres que os pueden perder por la eternidad, desechando toda Ley de Orden Divino, que es indisoluble e inmutable.

Más cambios en la Liturgia Sagrada os querrán imponer, profanación en el Culto Divino y en la Sagrada Eucaristía, para quitarle la Verdadera Dignidad a Mi Hijo, y con ello acabar con la Verdadera Fe y Verdad.
Todos estos signos, apostasías y herejías, harán que la Ira, contenida aún por El Padre Eterno, se derrame, pues la balanza de las impiedades e injusticias pesarán más que las obras de los justos. Y por amor a los fieles del Señor, hará caer sus Juicios Divinos sobre esta tierra y sobre su Iglesia, para que venga la Segunda Venida del Hijo de Dios.

Ha llegado el tiempo profetizado, y de tanto dolor en Mi Corazón como Madre de la Iglesia: Roma perderá la fe, y será consumida en llamas para acabar con su pecado, purificándola de todas sus iniquidades e inmundicias, porque se prostituyó y profanó el Lugar que era tan Sagrado para Dios.

El Ángel del Señor, con la flecha de fuego para herir a Roma, la Ciudad Santa, sólo aguarda la Voz potente del que está sentado en el Trono Divino y gobierna todo.

Dichosos vosotros, Mis hijitos, que Me habéis abierto vuestros corazones, y os dejasteis sembrar en vuestros corazones, la Semilla de la Palabra que instruye y salva.
Dichosos vosotros que os habéis negado a vosotros mismos y habéis sabido tomar la cruz de cada día, caminando y siguiendo a vuestro Maestro. La Cruz será vuestra defensa, vuestra esperanza y victoria para perseverar y ser fieles a Dios.
Gracias a todo Mi Ejercito por buscar cumplir la Voluntad de Dios y dejarme conducíos a Quien ES la Salvación, el Camino, la Verdad y la Vida.

La Madre de Dios que nunca os abandona.