Pólenes prueban la autenticidad de la Sábana Santa




Según el matemático Bruno Barberis, profesor de la Universidad de Turín, el cálculo estadístico de las probabilidades de que la Sindone sea auténtica, es decir, que se trate efectivamente del lienzo funerario de Jesús, derivado de la imponente mole de datos a nuestra disposición, está valorado en 225.000 millones contra 1 (B. Barberis, “L’uomo della Sindone e il calcolo delle probabilità”, en: AAVV, “Sindone. Vangelo-storia-scienza”, Elledici 2010, p.231-246).  

Estas numerosas informaciones, estudiadas desde hace años por los historiadores, científicos y sindonólogos, están bien recogidas en un volumen publicado este año en Italia, titulado: 2015. La nuova indagine sulla Sindone“, Priuli&Verlucca 2015. El autor es Pierluigi Baima Bollone, profesor emérito de Medicina Legal en la Universidad de Turín y presidente honorario del Centro Internacional de Sindonología.
 
Como él mismo explica, “este libro se propone el doble objetivo de establecer una conexión entre los conocimientos sobre la Sindone, las más recientes exegesis de la narración de la Pasión y de la Crucifixión neotestamentaria y los más modernos descubrimientos en el ámbito humanístico, arqueológico, de ciencias médicas y físicas”(p.5).

Es un bello y exhaustivo síntesis de los trabajos y de los resultados disponibles hasta hoy sobre la Sindone desde el punto de vista histórico y científico, los dos tipos de macro-acercamiento sobre la reliquia.
Rolfe sindone
El rostro de la Síndone .


El hecho de que en el sagrado lino hay manchas de sangre es ya una certeza granítica, como demuestra la sucesión de confirmaciones por parte de numerosos científicos, igual que ninguna objeción seria ha desautorizado jamás el trabajo de Max Frei sobre la presencia de numerosos pólenes presentes en la Síndone, muchos de los cuales procedentes de plantas que crecen exclusivamente en los alrededores de Jerusalén (tan numerosos que proceden por la contaminación de contacto directo, no por recaída).
 
Siempre gracias a los pólenes, diversos expertos, incluido el judío Avinoam Danin, han concluido, gracias al periodo de floración de las plantas relacionadas, que el Hombre de la Sindone fue probablemente envuelto en ella en el periodo de marzo-abril: otra confirmación de los Evangelios.
 
Danin, autoridad indiscutida de la flora palestina, ha demostrado, por las fotografías de la Sindone, la presencia de la imagen de flores (como el Cistus creticus), que crecen alrededor de la ciudad de Jerusalén (y que también florecen en el periodo de marzo-abril).
Entre los pólenes encontrados, hay algunos de plantas que crecen exclusivamente en Edessa y Costantinopla, confirmando así la tradición que habla del paso de la Sindone por esos lugares. En esto se incluye también la tesis de Ian Wilson, historiador inglés y uno de los muchos agnósticos convertidos por la imagen sindónica, según el cual el Mandylion, es decir, el lienzo con el rostro de Cristo venerado por las comunidades cristianas orientales conocido ya en el siglo VII en Edessa, no era otro que la tela de la Sindone plegado sobre sí mismo para mostrar sólo el rostro, contenido en un relicario.