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Absuelto Mons. Max Davis de abusos sexuales, ninguna película podrá reparar el daño
En junio de 2014 la justicia australiana imputaba a Mons. Max Davis, obispo castrense de Australia por delitos de abuso de menores. Durante dos años ha sido sospechoso para los tribunales y para la opinión pública.
Los medios de comunicación llegaron a «novelar» los detalles escabrosos de las supuestas perversidades e ignominias que había cometido. Hace dos semanas, el 15 de febrero, tras una intensa investigación se ha demostrado que no había hecho nada de lo que se le acusaba.
Y ahora, ¿quién repara?
En junio de 2014 renunció a su cargo como obispo castrense tras doce años de desempeño. Ordenado en 1971 fue el primer obispo que había servido en la Fuerzas Armadas.
El machaque al que ha sido sometido queda bien patente en la fotografía que ilustra el artículo. Durante dos años ha sido «puesto en la picota cotidianamente» ante la opinión publicada. También en España. La noticia ocupó portadas y extensas noticias. Animo a realizar una búsqueda quince días después en la que se dé cuenta de su absolución en la prensa española. Ni una breve nota.
Ayer se premió a «Spotlight» con el Oscar a la mejor película. No la he visto, pero la labor que desempeñó el equipo de investigación de «The Boston Globe» sí la conozco, desde luego no tiene nada que ver a cómo se ha tratado el caso de Mons. Davis. Con perspectiva ha hecho bien a la Iglesia y al modo de afrontar las cosas de alguno de sus miembros.
Sirvan estas líneas para transmitir mi afecto a las víctimas, entre las que se encuentra sin lugar a dudas Mons. Davis.
Como dice Rafael Serrano en Aceprensa que:
El caso de Mons. Davis, o el de las acusaciones de abusos contra personalidades británicas, deberían mover, tanto a los medios como al público, a tomar con suma cautela las denuncias, y muy en serio la presunción de inocencia. El escándalo siempre es noticia. La comprobación de que no lo hubo debería ser más noticia aún, y en cambio muchas veces se le hace mucho menos eco. Por eso hay personas que son acusadas en primera página y absueltas en un rincón.
No puedo estar más de acuerdo. Ya se ve que los periodistas españoles por desgracia se identifican más con «Torrente» que con «Spotlight», a los hechos me remito. Qui potest capere, capiat.