Jesús: jóvenes, lleváis carrera hacia el Infierno

13 NOVIEMBRE, 2011. blog "Yo, Jesús, os hablo"


Hoy Mi dolor va por vosotros, los jóvenes, que no vais despacio hacia la condenación sino a carreras vertiginosas 

Los domingos son días que deben ser dedicados a Dios y se deben santificar, porque el domingo es para dar gloria a Dios y no a los demonios. Yo, Jesús, os hablo.

Cada vez menos hay personas y familias que santifiquen el domingo, porque las costumbres se han hecho tan paganas y materialistas que la gente solo piensa en la diversión, en comidas y no se acuerdan de su Padre Celestial que es también su Creador. Yo, Jesús, os hablo. Los jóvenes esperan el domingo para vivir una vida disoluta llena de malas y pecaminosas acciones. En el domingo se embriagan, se drogan, fornican y dicen haberlo pasado en grande, pero ¿qué queda dentro de su alma? ¿Son felices?

Hijos Míos, lleváis carrera hacia el Infierno. No vais despacio hacia la condenación sino a carreras vertiginosas, porque vivís animalizados, tan exentos de lo espiritual que no pensáis ni siquiera que tenéis otra opciones que aparte de haceros feliz vuestra existencia os alcanzaría la Vida Eterna. Yo, Jesús, que Soy Verdad, os hablo. 

Después, hijos Míos, vosotros los jóvenes os emparejáis con personas también como vosotros, vacíos de Dios, sin nada de lo espiritual y así os va. Cuando os saciáis de fornicar, buscáis a otra pareja porque ya estáis hartos de la primera y así sucesivamente. ¿Que debo hacer con vosotros? Decidme ¿qué debo hacer?

No queréis nada con la Iglesia, NADA, pero tampoco queréis nada Conmigo, Vuestro Redentor, solo os amáis a vosotros mismos, porque ni siquiera a vuestros padres amáis, ya que los consideráis carcas, ñoños, anticuados, aunque muchos de los padres y formadores, tienen bastante culpa de vuestra degeneración por lo poco que os vigilan y por lo poco que se esfuerzan en atraeros hacia caminos más sanos. Yo, Jesús, os hablo.

Hoy Mi dolor va por vosotros, los jóvenes chicos y chicas de todo el mundo, jóvenes de todas las nacionalidades, no excluyo a ninguno. Yo os pido conversión de costumbres y conversión de alma, porque si no, hijos Míos, tendría que castigaros aún a Mi pesar, pues si no desecháis el pecado de vuestras vidas y vais acumulando uno y otro, llegará el día final de vuestra existencia donde vuestra alma solo servirá para satisfacción de los demonios. Yo, Jesús, os hablo y os prevengo. Mi paz a todo aquel que ponga en práctica este mensaje.