Llamada urgente a la conversión

Ecos de Garabandal

Tomado de los “Dictados de Jesús a Marga” (La Verdadera devoción al Corazón de Jesús)


--------------------

Mensaje de Jesús (4 de junio de 1999)

Que cada uno examine cómo trata a este Mendigo de vuestro amor, que os ha amado tanto, que se ha abajado a hacerse Hombre, sufrió el suplicio máximo, y se queda a vuestro lado, tan pequeño, que está a merced de vuestros propios sacrilegios y abominaciones, de vosotros, locos por el odio, incapaces de amar, ciegos para la Verdad, sordos para la Fe. 

¿Sabes lo que es que me pase toda la vida de un hombre sobre la tierra llamándole a mi Amor, a su conversión, y que finalicen sus días y se precipite a sí mismo al abismo eterno?
¡Y mi Sacrificio no sirvió para todos! Oh dolor angustioso de mi Eterno Corazón. Las almas se condenan, ¡hoy más que nunca!

[La principal conversión es la que nos lleva al Amor de Dios]

Mensaje de la Virgen (3 de agosto de 1999)

Vuestra Madre viene nuevamente a suplicaros vuestra conversión. Mirad cómo lloran mis Ojos, y cómo mis Manos se abren para acogeros. Si no sabéis cómo hacerlo, ¡venid a Mí!, Yo os tranquilizaré, y os indicaré el Camino, Yo misma lo recorreré con vosotros, os llevaré en mis Brazos si es preciso, ¡pero, oh, venid a Mí! Yo tengo el Poder dado por Dios de llevar los corazones a su Santa Morada.
Escuchadme. Yo os Amo Entrañablemente.

[María nos suplica que busquemos la conversión y el arrepentimiento de nuestros pecados que hacen llorar a la Virgen]


Mensaje de Jesús (3 de agosto de 2000)

Mira que Yo os hablo y os digo ahora: ¡Venid! -¡Id! Porque no queda tiempo, el tiempo ya se ha acabado.
Venid a Mí y luego id a ellos y decidles que Yo no dejo ya más tiempo de conversión, que recojan todas sus cosas, que se queden sólo con las obras que dieron vida y se presenten así ante Mí. A quien no le dio tiempo de ataviarse con las vestiduras blancas -Oráculo de Yahveh- Yo digo que ya no le es dado más tiempo. Porque vendré y os sorprenderé, como entra el ladrón en casa ajena.
Pero mira que Yo con vosotros, os he hecho una advertencia y ahora os digo: ¡Convertios!, por última vez: ¡Convertios! El tiempo ha llegado. Mi Mano no detiene ya más la Ira de Dios, ella cae sobre la tierra: ¡Arrepentios!

[Es una llamada ¡de urgencia! A la conversión; al arrepentimiento de nuestros pecados, y a la vuelta a Dios]

Mensaje de Jesús (10 de enero de 2001)

Reconvertios. Reorientad vuestra vida. Va camino del abismo. Hijos, Yo, que Soy vuestro Padre, vengo para advertiros, para que no caigáis allí sin remedio alguno. ¡Oh hijos!, ¿cómo os tengo ya que hablar? (…).
Pero Yo ahora os digo que, si queréis, ¡todavía hay tiempo! Convertíos ahora, ¡no lo dejéis para más tarde!, luego no habrá tiempo. Ahora os es dado el tiempo de conversión. Si no lo hacéis ahora, vendrá el Esposo para rendir cuentas y os encontrará sirviendo a la Bestia, condenándoos así vosotros mismos para siempre, para siempre... para la eternidad.

[Vuelve la llamada urgente a la conversión, a reorientar la vida]



Mensaje de Dios Padre (4 de julio de 2001)

Mi Voz es ahogada, mi Voz, mis voces son ahogadas. También hoy, y todavía más hoy, matáis a los profetas. Estáis prolongando la agonía de mi Santo Padre (el Papa) ofrecido, inmolado en su vida a sí mismo por la salvación del mundo. Y por eso, por todo el Cielo y los santos de la tierra, que se inmolan y se ofrecen, que se dejan matar, que se dejan torturar por mi Reino, uniendo sus sufrimientos y sus vidas a la Pasión de mi Hijo, por ésos Yo permitiré que no sea aniquilada toda la tierra, y al menos quede un Resto. Por ésos, Yo dejo un poco más de tiempo de conversión, por ésos Yo retraso la Hora. Para que puedan venir más a Mí antes del Día.

[Estamos en un tiempo de conversión, que se va acabando]

Mensaje de Jesús (5 de julio de 2001)

Hija, tengo ante Mí el pecado de todos los hombres, y sabe tú que es inmenso, casi infinito. Pero es mi Misericordia la que sí es Infinita, la que puede perdonar todo si esos hombres vuelven a Mí.
¿Te parece que no puedo perdonarlo? Yo llamo a la conversión al pecador, y aunque haya cometido la mayor abominación, si se convierte, se enmienda y persevera, Yo borro todo su pecado, lavo su delito.

[La Misericordia de Dios supone la conversión, el arrepentimiento del pecador]