María: no temáis el Purgatorio

Santa María a Anne, una apóstol laica, Irlanda  




A mis pobres y pequeños hijos se les alienta a sentir angustia y temor. Eso no proviene del cielo, amados míos, sino del enemigo del cielo. No teman. Tráiganme sus temores y yo los ayudaré a que éstos se disipen.


Los amo tanto y veo con tanta claridad cómo el enemigo busca llenarlos de temor. Cuando conozcas a Jesús, tus temores retrocederán una y otra vez, y en muy poco tiempo ya ni siquiera podrás recordar qué era lo que te causaba tantos temores y ansiedad. 

Jesús es la respuesta y el remedio para todo tipo de temores. 

En cuanto al Purgatorio y el temor que sientes, has de saber que no serás abandonado allí. Verás que el remordimiento que sientas será algo bueno para ti porque estará cimentado en la verdad y esta verdad te llenará de alivio. 

El mundo hace promoción de lo que no es verdadero; en otras palabras, el mundo promueve engaño y la distracción. 

En el Purgatorio experimentarás un alivio inmenso al conocer la verdad y al saber que ya nunca jamás volverás a ser engañado ni te volverás a sentir inseguro. 

Pequeños hijos Míos, ustedes no pueden comprender ahora qué tan profunda es el engaño de este mundo, y por eso tampoco pueden comprender el alivio tan inmenso que llegarán a sentir en el próximo. 

Confíen en su madre que jamás permitirá que sus hijos se pierdan. 

Si necesitas pasar algún tiempo en el Purgatorio, te sentirás tranquilo de estar allí experimentando la gratitud más profunda hacia Dios por velar de tus necesidades de una forma tan misericordiosa. Paz, pequeños hijos; estoy con ustedes.