PedidMe que os ayude a amarMe

 Dios Padre a Javier Viesca, México, marzo 2016

Sobre: Vivid pues lo que os quede de vivir, para amarMe y para reparar vuestra vida de pecado anterior, hay lugar para todos en el Reino de los Cielos.

Hijitos Míos, satanás quisiera la eliminación de todas las almas de la Tierra y del Universo entero, una aniquilación total, además que os condenarais, también, y perdierais vuestro derecho al Reino de los Cielos.

Ciertamente, estáis viviendo momentos difíciles y lo estáis sintiendo; estáis sintiendo la maldad de satanás a vuestro alrededor, lo veis en el actuar de vuestros hermanos, lo veis en su libertinaje, también en ellos. Los valores, las Virtudes, todo se va perdiendo, ¿no os dais acaso cuenta, que se están ya dando más fuertemente los hechos que os están anunciando el cambio que tendréis?

Todo esto lo voy anunciando alrededor del Mundo y en el Universo, para que os preparéis, pero hay infinidad de almas que están dormidas, que no quieren darse cuenta de la realidad. Han creado su propia realidad por conveniencia, para no preocuparse, para tratar de tapar con un dedo Mi Realidad Divina, pero, aún a pesar de que así lo quieran, Yo voy a poner todas las posibilidades para vuestra conversión y salvación.

Mis pequeños, estos tiempos difíciles que estáis viviendo, también serán de Vida para muchas almas. A pesar de que se vengan desastres gravísimos, las almas, muchas de ellas, se salvarán. Sí, Mis pequeños, muchas almas se salvarán al ver los desastres naturales que se irán dando a vuestro alrededor, porque se arrepentirán.

Tiene que venir el cambio, un cambio favorable, un cambio en donde los que están Conmigo, lo gozarán y los que no están Conmigo, se querrán esconder bajo las piedras, como dicen las Escrituras.

Ahora, en estos momentos, vuestra Fe os dice que existo y que vendré. Os juzgaré, ciertamente, pero en el momento que Me presente ante vosotros, ya no va a ser la Fe, ya va a ser la realidad, será Mi Presencia entre vosotros y, al verMe, las almas malas no sabrán dónde esconderse. Aquellos que Me han negado, aquellos que Me han atacado, aquellos que no quieren vivir Conmigo, aquellos que no Me quieren transmitir a sus hermanos, aquellos que han blasfemado Mi Santo Nombre, aquellos que le han quitado la Fe, el Amor a los pequeños, con sus malos tratos, con sus malas enseñanzas, con una vida de error, de maldad, de traición a Mi Amor, estas almas sufrirán con Mi Presencia. Lo que para algunos será un éxtasis de Amor, para los malos será tremendo el verMe, será aterrador, porque saben lo que tienen en su corazón y sabrán, en ése momento, cómo desprecio sus pecados.

Os vuelvo a llamar a vosotros, los que estáis en contra Mía, los que no creéis en Mi Amor ni en Mi Misericordia Infinita. Aquellos que no queréis seguirMe, porque se os hace aburrido o porque os habéis llenado de la maldad de satanás y no queréis verMe ni tener compromisos Conmigo, vuestro Dios, sufriréis, sufriréis inmensamente por vuestro error. Os seguiré dando oportunidades de conversión y salvación y en vosotros está el alcanzar vuestra salvación, aceptándome en vuestro corazón.

Yo perdono vuestras faltas, perdono todos vuestros pecados, pero debéis venir arrepentidos y con un deseo grande de no volver a cometer ni el  más pequeño de los pecados que traigáis.

Os amo, os amo con un Amor que todavía no entendéis, que es inmensamente grande, que es humilde, que es sencillo.

Vivid pues lo que os quede de vivir, para amarMe y para reparar vuestra vida de pecado anterior, hay lugar para todos en el Reino de los Cielos y, ¡os pido tan poco, Mis pequeños!, o qué, ¿se os hace tan difícil amar al Amor, que Soy Yo?

PedidMe que os ayude a amarMe, porque las almas en el Cielo, Me aman y Me amarán por toda la eternidad.

Si no sabéis cómo amarMe, os repito, acercaos a Mí y Yo os enseñaré, Soy el Amor Absoluto. Vosotros, Mis pequeños, Mis hijos, no Me abandonéis ni Me hagáis a un lado, Soy vuestro Dios, Soy el Amor, Soy vuestra vida, Soy vuestra Fuente de Alimento de Vida, sin Mí, no podéis vivir, entendedlo.

Sed humildes, para que seáis grandes ahora y en el Reino de los cielos.
Gracias, Mis pequeños.