Si fuerais almas de oración, la Misa la pondriais en primer lugar.


Del blog: Yo, Jesús, os hablo


La Santa Misa es el mayor acto de gloria que podéis ofrecer a la Santísima Trinidad. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.

Muchas almas se pasan días enteros en ayunas, otras haciendo toda clase de rezos, otras se emplean en visitar a enfermos y consolar a los afligidos, otras dan limosnas generosamente y socorren al necesitado. 

Grandes son todas esas obras que Yo mismo inspiro, ¡grandes son! pero una Misa oída o celebrada en las debidas disposiciones, con el alma limpia de impurezas, de odios, oída o celebrada por amor a Dios, siendo consciente de que la Santa Misa es el mismo sacrificio de la Cruz actualizado en el Altar, una Misa oída o celebrada así, es el acto más grande de gloria que podéis ofrecer a Dios Altísimo y el mayor bien que podéis aplicar a vuestra alma. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.

Es difícil que comprendáis esto porque vivís sumergidos en las cosas materiales y estáis muy mundanizados, pero si fuerais almas de oración, si fuerais sacerdotes de oración, la Misa la pondríais en el primer lugar de vuestra agenda y preferiríais perder la salud antes que perderos una Misa. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.

Soy el Santificador de las almas quien os habla, el Maestro interior, Yo os puedo ayudar a comprender la grandeza de la Misa y gustar de ella, pero vosotros hijos de Dios, debéis poner de vuestra parte. Debéis leer acerca de la Santa Misa en escritos de los santos. Debéis leer en documentos papales y teológicos el valor de la Misa. Debéis procurar vivirla tal y como Dios desea y asistir a ella con mucho respeto y amor, si vosotros ponéis de vuestra parte, Yo os asistiré también para que aquello que no alcancéis a comprender, lo entendáis de forma que no deseéis nunca perder la Santa Misa. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.


Así que hijos de Dios, no digáis torpemente que la Misa os aburre, no digáis que la Misa os cansa, porque decir eso pone al descubierto el grado de ignorancia tan grande que tenéis en las cosas espirituales. La Santa Misa debe ser el centro de la vida espiritual de cada alma como es el centro en la vida de la Iglesia. Yo, Espíritu de Dios, os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel que crea en este mensaje.