Estáis rodeados de todo lo que se opone a la santidad

5 de Julio, 2004, a Anne, una apóstol laica
Santa Teresita: 




Jesús, por su infinita bondad y misericordia, ha dispuesto que muchos santos del cielo asistan a las almas de la tierra. 

Queridas almas santas: se aproximan días difíciles. Ustedes saben esto, claro está, si el Espíritu está activo en su interior. Su mundo, que vive en la oscuri- dad, debe ser purificado: todo se ha predicho. La voluntad de Nuestro Señor para este tiempo es que nosotros, sus hermanos y hermanas del cielo, les proporcionemos información y pautas específicas. Oren para recibir discernimiento y para que puedan ver que no hay ningún otro camino más que aquel que lleva al cielo y a Jesucristo.

El tiempo de la oscuridad se acerca y el mundo no se ha convertido a pesar de los esfuerzos que han realizado muchos tanto en el cielo como en la tierra. Las almas se aferran con rebeldía a los caminos pecaminosos, sin temer siquiera la justicia de Dios; han elegido lo que es malo. 

Hermanos y hermanas: este mundo ha dejado de ser un lugar apropiado para los hijos de Dios, puesto que ni es seguro, ni conduce a la escuela de santidad que cada alma debería atender para graduarse y poder ir al cielo, y las almas pequeñas no pueden hacerlo aquí en su mundo porque están rodeados, literalmente, de todo aquello que se opone a la santidad. 

No deseo hablarles de los pecados de la humanidad porque mi época también había pecado; comprendo que el pecado existe y que siempre habrá quienes elijan al enemigo. 

Lo que estoy tratando de transmitirles es que su mundo ha comenzado a coexistir con el pecado de una forma tal, que ya son muy pocos los que se oponen. ¡Están dormidos, pequeños del mundo! ¿Dónde están los guerreros de Dios? Si en el pasado han sido muy pocos los que han tomado la causa de Dios, en estos tiempos serán muchos los que lo hagan. Glori- fiquen a Dios conmigo, almas de la tierra, mientras Él se prepara para renovar al mundo.

En los días de confusión que están por venir, los rumores se desatarán como torbellino. Las almas santas serán tentadas a poner en duda los auténticos lugares de las apariciones en donde las gracias fluyen sin cesar. 

Pequeños: deben mantenerse fieles al llamado que se les hizo; Jesús ha colocado a cada uno cuidadosamente: sírvanlo. Se verán luchando con tentaciones en contra de su misión y serán objeto de burlas. 

El mundo llegará todavía más lejos en el camino del anti-Dios, y ustedes quedarán más paralizados aún ante este panorama ateo e infiel. No resultará nada consolador para ustedes, pero contarán con toda la ayuda celestial. 

Hermanos y hermanas: yo, Teresa, soy solo uno de los innumerables santos que han sido comisionados para asistirlos. Siempre nos verán cerca y siempre deseosos de instruirlos y consolarlos. Le pediremos al Espíritu y obtendremos para ustedes los dones más sublimes de sabiduría y discernimiento

Queridos compañeros servidores: estamos entrando a la tormenta, pero no será sin Jesús quien está dirigiendo el timón. Los hijos de Dios no deben temer esta intervención de Dios. Por el conocimiento que tengo del cielo, les puedo asegurar que lo único terrible para este mundo sería que Dios decidiera abandonarlo a su suerte. Hermanos y hermanas; sean bienvenidos a la legión de soldados celestiales que luchan por Cristo, pues se ganarán su lugar en el cielo.
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