Bergoglio: ¿era necesaria tanta confusión y confrontación?


Salen a la luz los nombres de los responsables de la petición al cardenal Sodano

Periodista Digital


(Cameron Doody).- Sale a la luz la lista de los 45 signatarios responsables de una petición al cardenal Angelo Sodano que busca que los cardenales y patriarcas de la Iglesia católica presionen al Papa Francisco para que repudie una serie de 19 interpretaciones "heréticas" a las que daría lugar una lectura "natural" de la exhortación apostólica Amoris laetitia.
Este catálogo de nombres -que fue publicado el viernes pasado por la web estadounidense The National Catholic Reporter- incluye los de profesores de seminarios alrededor del mundo, el del un miembro ordinario de la Academia Pontificia para la Vida, el del ordinario católico de Afganistán y los de varios miembros de la Fraternidad Sacerdotal de San Vicente Ferrer, una orden tradicionalista que se fundó en 1979 pero que solo se reconcilió con la Santa Sede en 1988.
Junto con su manifiesto de las 19 proposiciones "heréticas" que supuestamente contiene 'La Alegría del Amor', los peticionarios al cardenal Sodano -que para el NCR forman el núcleo de la oposición mundial al documento y papado de Francisco- también incluyen una breve nota resumiendo su propósito en esta iniciativa, a la que ha tenido acceso el periódico estadounidense. "Solicitamos que los cardenales y patriarcas peticionen al Santo Padre para que condene los errores enumerados en [nuestro] documento de forma definitiva y final, y para que declare de manera autoritativa que Amoris laetitia no requiere que nadie se los crea [a los supuestos errores] o considere correctos, de ninguna manera", reza esta nota aclaratoria.
Para Joseph Shaw -que ya se reveló como portavoz del grupo disidente cuando se informó de la existencia de la carta y manifiesto- lo que la presión a los cardenales pretende lograr es una "aclaración" de algunos de los puntos "vagos" o "ambiguos"de la exhortación apostólica que más debate han suscitado hasta ahora.
"El documento no está tan claro como a uno le gustaría", dijo Shaw al NCR. "Lo que es importante ahora es que algunos estén usando el documento para promover opiniones que claramente van en contra de la enseñanza de la Iglesia, en contra de doctrinas identificables, como aquellas que fueron adaptadas de forma infalible en el Concilio de Trento o por otras vías autoritativas".
Y es que para este académico de la Universidad de Oxford, este Concilio del siglo XVI se mantiene como la norma a la que la Iglesia de hoy día tiene que ajustarse: "Lo que estamos haciendo es pedir a los cardenales que soliciten al Santo Padre que deje claro que algunas interpretaciones son erróneas", afirmó Shaw. "Que lo que era contrario a la fe lo siga siendo, y que lo que declaró el Concilio de Trento siga siendo la doctrina de la Iglesia".
Lo que ha motivado al profesor Paul Blosser -catedrático de filosofía en el Seminario Mayor del Sagrado Corazón de Detroit, EEUU- a firmar el manifiesto disidente han sido las "señales confusas" emanando de Roma y del pontífice actual, frente a las cuales los fieles necesitan "claridad y consistencia consoladoras". "Declaraciones que se prestan a interpretaciones en desacuerdo con la doctrina histórica de la Iglesia pueden alentarles a los revisionistas, pero no son útiles para la integridad de la misión de la Iglesia o para los fieles", opinó Blosser al NCR.
En estos sentimientos el profesor de filosofía ha sido acompañado por otro académico estadounidense -el Dr. Alan Fimister, del Seminario de San Juan Vianney en Colorado- quien, en declaraciones al Catholic Herald de Londres afirmó que su oposición a la "lógica de la misericordia pastoral" en Amoris laetitia ha sido motivada por las dudas de la gente de a pie que le han consultado respecto a ella. "La fe no es un juego hermenéutico en el cual encontramos nuevas e interesantes maneras a dar sentido a las mismas palabras cada cierto tiempo: es el camino de la vida eterna", manifestó el académico a la web británica.



Comentario del P. Bernardo Rodriguez :
Me he encontrado con exigencias sacramentales, de gente que nunca había visto en la Iglesia, como jamás antes. Parejas de hecho con previos matrimonios demandando que se les confesara y para que pudieran comulgar. Padres pidiendo bautismos para sus hijos con padrinos que sólo cumplían la edad en las normas del Derecho Canónico. Y lo podemos hacer con sonrisa o sin sonrisa, pero si queremos ser fieles a la Iglesia, hay que decir: “No”. ¿Era necesaria toda esta confusión y enfadar al personal cuando no se cumplen sus expectativas? No lo sé, doctores tiene la Iglesia, que se dice, aunque cada vez me fío menos de esos “doctores”