El Vaticano recomienda sexo explícito a los jóvenes



El Vaticano ha presentado en la Jornada Mundial de la Juventud, un programa de educación sexual-afectivo para adolescentes llamado “Punto de encuentro” en clara disonancia con las enseñanzas de la Iglesia, pues no aparece la guía moral de los Mandamientos divinos 6º y 9º, acerca de la sexualidad humana, ni las consecuencias ni el remedio a su transgresión, ni el aborto como pecado. 

También sorprende que este programa se destine a las entidades educativas, excluyendo a los padres de esta tarea. Pero lo más llamativo es la recomendación de varias películas con sexo explícito o masturbación, cuya selección denota la falta de brújula moral de los creadores del proyecto, algo que demuestra que algo extraño está ocurriendo en la Iglesia. Los films son: “To the Wonder”, “Love & other drugs”, “Stockholm”.

De que algo extraño ocurre en la Iglesia ya muchos nos hemos dado cuenta. Si primero pensábamos: “Francisco no sabe lo que hace”, ahora decimos: “Sabe muy bien lo que hace”. No sólo ha permitido la comunión sacramental a los protestantes que no creen en la Presencia Real de Cristo en la Eucaristía, o a los divorciados recasados y por tanto en adulterio, sino que se ha plegado a los dictados masónicos de alentar la invasión musulmana silenciosa en Europa, o ha realizado afirmaciones anticatólicas como que todos nos encontraremos en el Cielo, o que los ateos se salvan, o que las parejas que cohabitan “fielmente” tienen la gracia del sacramento del Matrimonio, o que “si hablamos directamente de dar la comunión a los divorciados, no veas el lío que nos arman”. 

Todo esto nos convence cada vez más que un intruso ha usurpado la sede petrina con la intención manifiesta de derrumbar los pilares de la doctrina católica. Ahora el ritmo de desviaciones se acelera y llegará un punto en que el alma de la Iglesia: el sacerdocio y la Eucaristía sea aniquilada por las manos del impío. Y verán algunos escépticos surgir de sus manos normas y proposiciones del todo escandalosas para los fieles católicos, con el aplauso ya habitual de los sumisos medios de comunicación, algo que debería habernos advertido de que algo no andaba bien con este papa. Ya que Cristo dijo que, como a Él el mundo lo persiguió, también serían perseguidos sus discípulos.


Es hora de ponerse en marcha y levantarse contra el abuso del que abusa de su poder para sembrar el caos en la Iglesia, porque quien calla, otorga.


María Ferraz