¿Cuál es el camino más rápido para alcanzar el Cielo?

EL CIELO Entrevista de Nicky Eltz a María Simma 


—¿Hay días más especiales que otros en los que salen muchas almas del purgatorio hacia el Cielo?
—Sí. La mayoría son liberadas en Navidad, pero esto depende de cuánto se ha rezado y ofrecido por ellas. Es en Navidad porque es el día en el que hay más gracias. Y también muchas almas son liberadas en Viernes Santo, en el día de la Ascensión y en el día de Todos los Difuntos.

—¿Qué consejo daría a quienes quieren ser santos mientras están aquí en la tierra?
—Que sean humildes. Esa es la respuesta. Que no se den tanta importancia y que no se olviden nunca de que no son mejores que los demás. Únicamente Jesús y su Madre no fueron unos pobres pecadores mientras estuvieron en cuerpo mortal aquí entre nosotros.

—María, ¿hay alguna forma de que cualquiera pueda saber si un alma por la que ha estado rezando ha llegado al Cielo?
—Todos tenemos sensibilidades muy distintas, pero, con frecuencia, hay quien dice haber experimentado una alegría tan grande al rezar que les hizo estar seguros, sin duda alguna, de que era una señal. De todas formas, no hay que preocuparse por tratar de discernir esto con precisión. Si rezamos por alguien que ya está en Cielo, la Virgen Santísima toma esas oraciones y las aplica en otro lugar donde más se las necesite. Ninguna oración, por más pequeña que sea, se pierde.

—¿Cuál es el camino más rápido para alcanzar el Cielo?
—Una profunda humildad. Satanás nunca puede acercarse a la humildad y es el camino más rápido para entrar al Cielo. También las buenas obras para con nuestro prójimo y para con las almas del purgatorio. Actos de caridad realizados con profunda humildad. Observe la vida de la Madre Teresa. Es una de las personas más queridas del mundo por esos atributos. Eligió trabajar en el infierno de Calcuta, sirviendo a los más pobres, los más sucios y los más enfermos, y eso la llevará a Dios inmediatamente, estoy segura.

—¿Todos las almas en el Cielo se encuentran en el mismo nivel?
—No. Existen muchos niveles en el Cielo. Todas las almas disfrutan allí de la felicidad plena y saben que no han cosechado más de lo que se merecen, y por lo tanto, no quieren nada más. Algunas almas son más gloriosas y luminosas que otras, y esta belleza depende de nuestras buenas obras aquí en la Tierra. Por lo tanto, cuanto mayor sea nuestro esfuerzo aquí en la Tierra más alto podremos estar en el Cielo.

—¿En el Cielo se da algún tipo de proceso de crecimiento de cualquier clase?
—La teología por sí misma no puede responder esta pregunta, pero sé que una de las videntes de Medjugorje ha descrito que vio a su madre con Nuestra Señora en diferentes oportunidades, y que con los años su madre se ha vuelto mucho más hermosa. Esta pregunta tendrá que quedar como un misterio hasta que lo presenciemos nosotros mismos.

—¿Quién no haya puesto nunca un pie en una iglesia podrá ir al Cielo?
—¡Oh! Por supuesto, y estoy segura de que son muchos más de los que pensamos, porque todos tenemos tanto orgullo en nuestro interior. Pero como estas personas nunca tuvieron acceso a la verdad, su purgatorio es mucho más liviano que el de los fieles de una iglesia. Sin embargo, su nivel de santidad no será el mismo porque no recibieron o aceptaron las mismas gracias.

Una mujer se me apareció una vez con un cubo y me dijo: "Este cubo es mi salvación". Le pregunté qué quería decir con eso, y me explicó: "No recé prácticamente nunca y tampoco fui nunca a misa, pero una vez, por voluntad propia y sin cobrar nada, limpié la casa de una señora mayor antes de la Navidad. Ese acto de amor con este cubo fue el que me salvó". Aquí vemos, una vez más, lo valiosos que son los actos de amor. Quien no va nunca a la iglesia ni reza, porque no tuvo a nadie que le guiara, tiene las mismas oportunidades que el resto de hacer la voluntad de Dios.


—María, ¿te han mostrado el Cielo?
—No, no me lo han enseñado, pero muchos videntes a lo largo de la historia han visto destellos del Cielo. Algunos de los niños de Fátima y de los de Medjugorje vieron el Cielo y también el purgatorio y el infierno.

—¿Y les crees?
—Sí, sin dudarlo. Había varios sacerdotes de confianza y con criterio en esos momentos y los examinaron por separado. No estaban inventándose nada y estuvieron verdaderamente "ausentes" durante unos veinte minutos.
Lo que sabemos del Cielo es minúsculo, por supuesto, pero siempre se enfatiza la luz gloriosa, la felicidad y el deseo de Dios, que está en el centro de todo.

—¿Existen en el Cielo osos koalas, enredaderas, pinturas impresionistas y el "Coro de los esclavos” del Nabucco de Verdi?
—¡Ah! Las benditas ánimas del purgatorio me cuentan que en el Cielo se cumplen todos nuestros deseos más profundos. Y con respecto a esa pieza de Verdi, uno de los sacerdotes más queridos de Nuestra Madre, dijo una vez: "Esta música es ya una prueba de la existencia de Dios".