Un Papa protestante

Un Papa como no se había visto nunca antes. Un poco protestante

El idilio entre Francisco y los seguidores de Lutero. La alarma de cardenales y obispos contra la "protestantización" de la Iglesia Católica. Pero también la desconfianza de respetables teólogos luteranos

por Sandro Magister



ROMA, 22 de julio de 2016 – En la alarmante carta que trece cardenales de los cinco continentes se aprestaron para entregar al papa Francisco al comienzo del último sínodo, ellos lo ponían en guardia ante el peligro de llevar también a la Iglesia Católica al "colapso [experimentado por] las Iglesias protestantes liberales en la época moderna, acelerado por su abandono de elementos claves de la fe y de la práctica cristiana en nombre de la adaptación pastoral":

> Trece cardenales han escrito al Papa. He aquí la carta (12.10.2015)

Luego, in extremis, los trece cardenales eliminaron estas dos líneas de la carta puesta efectivamente en las manos del Papa. Pero hoy las reescribirían palabra por palabra, visto el idilio cada vez más marcado que se está desarrollando entre Francisco y los seguidores de Lutero.

El 31 de octubre Jorge Mario Bergoglio volará hasta Suecia (a Lund), será recibido por la obispo local, para festejar juntos en la Federación Luterana Mundial los quinientos años de la Reforma protestante. Tanto más se acerca esa fecha, tanto más el Papa manifiesta simpatía por ese gran hereje. 

En la última de sus conferencias de prensa áreas, al volver de Armenia, Francisco entrelazó el elogio de Lutero. Dijo que estuvo animado por las mejores intenciones y que su reforma fue "una medicina para la Iglesia", sobrevolando por encima de las divergencias dogmáticas esenciales que desde hace cinco siglos enfrentan a protestantes y católicos, porque – son siempre sus palabras, esta vez pronunciadas en el templo luterano de Roma – "la vida es más grande que las explicaciones e interpretaciones":
> Conferencia de prensa…

El ecumenismo de Francisco está hecho de este modo. El primado está en los gestos, en los abrazos, en algún acto caritativo hecho juntos. Los conflictos doctrinales, aunque abismales, los deja para las discusiones de los teólogos, a quienes de buena gana confinaría "en una isla desierta", como le gusta decir, aunque demasiado en broma.

La prueba hasta ahora insuperable de esta aproximación suya, durante la visita a los luteranos de Roma el pasado 15 de noviembre, fue la respuesta que dio a una protestante que le preguntó si podía recibir la comunión en la Misa, junto a su esposo católico.

La respuesta de Francisco fue una fantasmagórica rueda de fuegos artificiales de sí, no, no sé, hagan lo que les parezca. Pero no porque el Papa no supiera que decir. La expresión "licuada" fue querida por él. Fue su manera de volver a poner todo en discusión, haciendo todo opinable y en consecuencia practicable:

> El Papa Francisco responde…
Ha llegado puntualmente "La Civiltà Cattolica", la revista de los jesuitas de Roma que es ahora la palabra oficial de la Casa Santa Marta, para confirmar que sí, que Francisco quiso dar a entender precisamente esto: que también los protestantes pueden recibir la comunión en la Misa católica:

> Comunión para todos, también para los protestantes (1.7.2016)

Bien dice el cardenal Gerhard L. Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que "nosotros los católicos no tenemos ningún motivo para festejar el 31 de octubre de 1517, es decir, el comienzo de la Reforma que llevó a la ruptura de la cristiandad occidental".

El papa Francisco ni siquiera lo escucha y celebra su fiesta, sin importarle que Müller – quien fue justamente uno de los trece cardenales que firmó esa memorable carta – la vea como otro paso hacia la "protestantización" de la Iglesia católica:

> Cómo el cardenal Müller relee al Papa (29.3.2016)

En realidad, un Lutero moderno no le disgustaría a un Papa como Bergoglio. Ya no más indulgencias ni purgatorio, que hace cinco siglos fueron la chispa que encendió la ruptura. Por el contrario, una superlativa exaltación de la misericordia divina, que lava en forma gratuita los pecados de todos:

> ¿Las indulgencias y el purgatorio? Francisco los ha guardado en el desván
(19.12.2015)

Pero no se dijo que el idilio haya cambiado a todos los protestantes. En Italia, su mojón histórico está constituido por la minúscula pero vivaz Iglesia valdense. Y sus dos más insignes teólogos, Giorgio Tourn y Paolo Ricca – ambos de la misma generación de Bergoglio y ambos formados en la escuela del mayor teólogo protestante del siglo XX, Karl Barth –, son muy críticos de la derivación secularizante experimentada tanto por su Iglesia como por la Iglesia del papa Francisco.

"La enfermedad – dijo Ricca en un reciente debate entre los dos sobre la "Reforma" – es que todos nos hemos volcado hacia lo social, cosa sacrosanta, pero agotamos el discurso cristiano en lo social, y fuera de ello estamos mudos".

Y Tourn dijo: "La política del papa Bergoglio es poner la caridad en acción. Pero es claro que el solo testimonio del amor fraterno no lleva automáticamente a conocer a Cristo. No hay hoy un silencio de Dios, sino el silencio nuestro sobre Dios":

> Una Chiesa in torpore
Pero Francisco avanza impertérrito y hace pocos días incluso nombró a un teólogo protestante amigo suyo, Marcelo Figueroa, director de la nueva edición argentina de "L'Osservatore Romano":

> Pope Francis and His Unofficial Spokespeople