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Canonizar al cura asesinado por el Islam, una contradicción

A man holds a religious leaflet showing the priest Jacques Hamel during his funeral mass, outside the Rouen cathedral, Normandy, (AP Photo/Michel Euler)
The Catholic Herald
El Papa ha intervenido en el caso del P. Hamel renunciado al período de espera de cinco años que debe seguir a la muerte de un santo potencial y la apertura de su causa. Esto es muy significativo. Se ha hecho antes, pero sólo en los casos más excepcionales, a saber, el de San Juan Pablo II y Santa Teresa de Calcuta. Que se haya hecho en el caso del sacerdote asesinado en Normandía por yihadistas a principios de este verano, coloca P. Hamel al mismo nivel de importancia que los Santos Juan Pablo y Teresa.

Lo que me parece inusual acerca de la intervención del Papa es que este acto no parece estar de acuerdo con las otras cosas que el Papa ha dicho acerca de la violencia islamista. Si los asesinos del P. Hamel lo mataron en odium fidei (odio de la fe), significa que éste fue un asesinato por motivos religiosos.

Sin embargo, el Papa ha dicho, después de la muerte del P. Hamel, que no hay una "guerra de religiones", y que si vamos a hablar de la violencia musulmana hay que hablar también de la violencia Católica. Sin embargo, el Observador, dijo en un editorial del 31 de julio:

Puede ser cierto lo que dice Fco. que esto no es una guerra de religiones, sin duda, no es una guerra dirigida por los líderes religiosos establecidos. Pero afirmar que la actual y creciente batalla global por las nuevas creencias, viables para el nuevo siglo no es, en parte, una lucha religiosa y espiritual, es sin duda delirante. 
Estas palabras contundentes apuntan al hecho de que la narrativa papal,  que parece sugerir que hay violencia (similar) en ambos bandos, y que no es un problema específicamente islámico, es bastante inconsistente. 
Si el padre Hamel ha de canonizarse pronto, entonces, ¿cómo casa eso con la narrativa que se ha descrito anteriormente, y específicamente con las declaraciones del Papa que los resortes de terrorismo no son religiosos per se, sino que proceden de sectores económicos u otros motivos?

Los santos no están ahí  para hacernos sentirnos cómodos, sino para desafiarnos. La canonización del P. Hamel, pondrá a prueba a los católicos con la pregunta: ¿Estoy preparado para morir en el servicio de Dios? También presentará un desafío útil para el mundo islámico, pidiéndoles que enfrenten el hecho, tantas veces negado, que algunos musulmanes son adictos a la violencia. Y va a ser un reto para el mundo para que se percate de la actual campaña de terrorismo, en su verdadera luz: no es una lucha entre el cristianismo y el Islam - Pues el cristianismo no ataca a nadie - sino una lucha dentro del corazón del Islam, que asesina a muchos.

Por supuesto que podría intentarse "leer" la vida y la muerte del P. Hamel a una luz diferente, como un mártir que murió por el diálogo y la comprensión religiosa. De hecho, tal intento puede estar ya en marcha. Si es así, sería otro indicio de que la canonización del P. Hamel no estará exenta de polémica.