Las moradas de mi Hijo están casi vacías

Os hago un llamamiento, hijos míos: coged la cru
z y seguid a mi Hijo, que
mi Hijo está muy cansado, ayudadle a descargarse la Cruz. Sed constantes en
la oración y haced sacrificios. Elías y
Henoc, testigos de Jesús, serán muy
eficaces para la conversión de la Humanidad, serán dados a muerte y
después de
acontecida esta muerte, habrá un gran milagro, hija mía; eso está
escrito: el que tenga ojos que vea y el que tenga oídos que oiga. El que tenga
sed que acuda a mi  

Hijo, que Él es la fuente de la vida. El que esté cargado
que acuda a mi Hijo, que Él lo de
scargará. Venid a mi Hijo, que Él os llevará a
la morada de la vida. En esa morada está escrito: “El que come mi Carne y LA VIRGEN: sept 1981
Mensajes de la Virgen a Amparo Cuevas, El Escorial, Madrid, sept 1981


No  hagas  caso  de  los  avisos  terrenos,  hija  mía,  pueden  confundirte;  haz 
caso  a  tu  director  espiritual.  Hija  mía,  sigue  con  el  rebaño  de  mi  Hijo,  lucha contra el enemigo; mi Hijo está muy contento, has devuelto muchas ovejas al rebaño.  Sufre,  hija  mía,  extiende  los  brazos  como  mi  Hijo  los  extendió  en  la Cruz para salvar a la Humanidad. Sigue luchando, tu camino es el sufrimiento. 

Los escogidos, hija mía, volverán al Edén del Paraíso. Yo vendré con mi Hijo a 
por los escogidos. Coge esa cruz, hija mía, póntela sobre la espalda y sigue a 
mi Hijo, como yo le seguí hasta la Cruz con mi Corazón traspasado de dolor y 
con  mi  Hijo  sufriendo  para  salvar  a  la  Humanidad;  mientras  tanto,  la  mayor parte de la Humanidad, de fiesta. ¡Qué ingratos!, en el abismo del Infierno mi Hijo no tendrá compasión de ellos.

Los  escogidos  se  verán  en  el  Paraíso  del  amor  y  la  felicidad.  Mis  ángeles lucharán  contra  el  enemigo,  será  una  gran  guerra  en  el  aire.  La  lucha  está cerca.  Mi  Corazón  estará  traspasado  de  ver  cómo  a  muchos  de  mis hijos  se los  llevan  al  fondo  del  abismo,  pero  ya  no  puedo  más,  no  puedo  sujetar  el brazo  de  mi  Hijo.  Muchos  morirán  a  manos  del  enemigo,  el  reinado  del enemigo no durará mucho.
Lucharán  los  hijos  con  los  padres,  las  nueras  con  las  suegras,  y  hermanos contra hermanos. Morirán muchos inocentes; yo los esperaré en mi morada. 

Las  moradas  están  preparadas  para  los  escogidos;  los  calabozos  del  Infierno también  están  preparados.  La  lucha  os  parecerá  muy  larga;  entonces  el enemigo  será  vencedor.  Habrá  tres  días de  oscuridad;  el  Sol se  oscurecerá y la Luna dará una luz muy tenue. Los verdaderos hijos de Dios seguirán con la oración y no olvidándose de Dios; serán días terribles. En esos momentos se conocerán  los  verdaderos  imitadores  de  Cristo.  No  desenvainéis  vuestra espada;  pensad  que  Dios  dice:  “Quien  a  hierro  mata,  a  hierro  muere”. 

Oración es lo que pido, con la oración os salvaréis.
La  cuarta  morada  está  preparada  para  la  lucha;  en  esos  momentos,  Elías 
Henoc harán su presencia y harán grandes prodigios, para que los enemigos 
de mi Hijo se arrepientan y vuelvan a Dios.

Hija mía, hay que sembrar para recoger; cuando te presentes ante mi Hijo 
no  vayas  con  las  manos  vacías,  alarga  los  brazos,  que  yo  estaré  allí  para recogerte.  Las  almas  necesitan  mucho;  no  os  dejéis  vencer  por  el  enemigo, que  lo  tenéis  muy  cerca.  A  mi  Hijo  se  le  conocerá  por  la  cruz  que  llevan  las naves celestiales. Cuando esto vaya a suceder, los niños verán y los ancianos soñarán

Os hago un llamamiento, hijos míos: coged la cruz y seguid a mi Hijo, que 
mi Hijo está muy cansado, ayudadle a descargarse la Cruz. Sed constantes en 
la  oración  y  haced  sacrificios.  Elías  y Henoc,  testigos  de  Jesús,  serán  muy eficaces  para  la  conversión  de  la  Humanidad,  serán  dados  a  muerte  y después de acontecida esta muerte, habrá un gran milagro, hija mía; eso está 
escrito: el que tenga ojos que vea y el que tenga oídos que oiga. El que tenga 
sed  que  acuda  a  mi  Hijo,  que  Él  es  la  fuente  de  la  vida.  El  que  esté  cargado que acuda a mi Hijo, que Él lo descargará. Venid a mi Hijo, que Él os llevará a la  morada  de  la  vida.  En  esa  morada  está  escrito:  “El  que  come  mi  Carne  y bebe mi Sangre será salvado”. Esa vida será eterna.

Hay  muchos  sacerdotes  que  están  constantemente  ofendiendo  a  mi  Hijo. 
Hija  mía, coge  esta  cruz  y  sigue  a  mi  Hijo.  Con  la  cruz  alcanzaréis  el  Cielo, hijos  míos.  Tú,  hija  mía,  estás  sembrando  el  camino  de  mi  Hijo  de  rosas.   has vuelto a muchas ovejas a su rebaño, estaban perdidas.
El  Castigo  será  el  día...  Las  moradas  de  mi  Hijo están  casi  vacías,  las  del enemigo están llenas.
Avisa  a  todos  que  mi  Hijo  está  sediento  de  almas  que  vayan  a  Él,  que  allí estará  esperando,  como  esperó  en  el  pozo  de  Jacob,  para  convertirlos  a todos.
Procurad  estar  todos  a  la  derecha  del  Padre;todo  el  que  esté  a  la 
izquierda irá al fondo del abismo. No hagas caso de los avisos terrenos que no  te  confundan,  haz  caso  de  los  avisos  del  Cielo.  ¡Qué  tristeza  siente  el 
Padre de ver que se condenan tantas almas! Pero tú, hija mía, estás haciendo 
unamisión  muy  importante.  ¡Cuántas  ovejas  descarriadas  han  vuelto  al 
rebaño de Jesús! Sigue sembrando rosas en el camino de mi Hijo; mi Hijo está 
muy  contento  porque  le  estás  quitando  muchas  espinas,  estás  uniendo  su 
rebaño disperso.
rebaño disperso.mi Sangre será salvado”. Esa vida será eterna.
Hay muchos sacerdotes que están constantemente ofendiendo a mi Hijo.
Hija mía,
coge esta cruz y sigue a mi Hijo. Con la cruz alcanzaréis el Cielo,
hijos míos. Tú, hija mía, estás sembrando el camino de mi Hijo de rosas. Tú
has vuelto a muchas ovejas a su rebaño, estaban perdidas.
El Castigo será el día... Las moradas de mi Hijo
están casi vacías, las del
enemigo están llenas.
Avisa a todos que mi Hijo está sediento de almas que vayan a Él, que allí
estará esperando, como esperó en el pozo de Jacob, para convertirlos a
todos.
Procurad estar todos a la derecha del Padre;
todo el que esté a la
izquierda irá al fondo del abismo. No hagas caso de los avisos terrenos
que
no te confundan
, haz caso de los avisos del Cielo. ¡Qué tristeza siente el
Padre de ver que se condenan tantas almas! Pero tú, hija mía, estás haciendo
una
misión muy importante. ¡Cuántas ovejas descarriadas han vuelto al
rebaño de Jesús! Sigue sembrando rosas en el camino de mi Hijo; mi Hijo está
muy contento porque le estás quitando muchas espinas, estás uniendo su
rebaño disperso.