Necesito almas que aplaquen la Justicia de Dios


Jacareí, 25 de Septiembre del 2016
Transmisión de las Apariciones Diarias en vivo vía internet en la WebTV 



MENSAJE DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA



(...)Cuanto egoísmo, cuanto amor propio encuentro sobre la faz de la tierra. Ya no hay más almas capaces de olvidarse de sí mismas, de su voluntad, de su querer, de sus planes, para hacer de Mí, “su vida”. La mayoría de las personas luego ya en la flor de la juventud Me abandona, abandona al Señor para vivir su vida, para hacer su vida como quieren, y cómo son pocas las almas llenas de amor capaces de hacer de Mí, “su vida”.

Por eso ya no hay más almas santas. Por eso ya no hay más almas víctimas de amor capaces de ser los pararrayos para detener los rayos de la Justicia Divina, que el mundo provoca todos los días siempre más con pecados sin cuento. Y es por eso que los castigos, sobretodo los terremotos, aumentaron tanto en las últimas décadas y continuarán aumentando, porque ya no hay más almas generosas, ya no hay más almas inflamadas de amor capaces de sacrificar su propia vida a Mí, a Dios, viviendo Conmigo una vida sólo de oración, sólo de sacrificio, sólo de servicio, sólo de trabajo por la salvación de las almas, sólo de inmolación por la salvación de las almas. 

Es por eso también que aumentaron tanto en medio de ustedes las enfermedades graves e incurables, las sequías, las pestes, las epidemias, las inundaciones, los maremotos, los tantos castigos de la naturaleza, la falta de paz y armonía en las familias, la violencia, porque ya no hay más almas generosas que detengan estos males con el incienso de su oración, con el perfume de sus vidas completamente consagradas a Dios y a Mí, con la mirra de sus sacrificios diarios ofrecidos Conmigo y por medio de Mí al Eterno, para aplacar Su Justicia ofendida, inflamada por los pecados del mundo. 

No hay más almas de puro amor, inflamadas de Mi Llama de Amor, capaces de decir “No” a su voluntad, a sus planes, para vivir Mi Voluntad y para junto Conmigo, formar el Coro de las Almas Abogadas, de las Almas Intercesoras, de las Almas Víctimas, que con sus oraciones y con el sacrificio cotidiano, diario de su voluntad, de su vida inmolada al Padre juntamente Conmigo para aplacar y detener los rayos de la Ira de Dios.

Es por eso que Yo continuo vertiendo lágrimas copiosas, ya no más en La Salette, pero en tantas partes del mundo y muchas veces en Mis Imágenes, lágrimas hasta de sangre, para mostrar a Mis Hijos cuán grande es Mi Dolor, porque tengo que sostener los rayos de la Ira Divina solita, porque no hay más almas generosas, almas amorosas capaces de ofrecer sus vidas junto Conmigo para ayudarme a aplacar la Ira del Eterno, ofendido y traicionado por Sus propios hijos.

Sí, cómo es grande el dolor del Corazón del Padre del Cielo, traicionado todos los días por Sus hijos. Lo traicionan hora a hora con sus pecados, con sus ingratitudes, con sus blasfemias, con su vida mundana repleta de pecado. Lo traicionan, traicionan Su Amor que los creó, que les conserva la vida, que les dio tantas gracias, tantas bendiciones, que les dio el mundo, para vivir en él, y usan todo eso, los dones, las gracias, el mundo en que viven, el propio cuerpo, la propia inteligencia y voluntad, sólo para traicionar el Amor del Padre, sólo para ofenderlo, sólo para entristecerlo. 

Cómo es grande el dolor del Corazón de este Padre, que no es amado y es traicionado a todo momento por Sus hijos. Minuto a minuto lo traicionan y esas traiciones suben a Su Corazón como agudas espadas que lo traspasan y lo hacen sufrir. 

Mis Hijos, ya es el momento de verdaderamente los Apóstoles de los Últimos Tiempos, las almas generosas inflamadas con Mi Llama de Amor, levantarse de todas partes del mundo y formar Conmigo el Coro de las Almas Generosas, de las Almas Rosas Místicas de Amor que Yo tanto pedí en Montichiari, que Yo tanto pedí aquí e incluso en La Salette, pues, las rosas que coronaban Mi cabeza, circundaban Mi Corazón y Mis pies, eran la Corte de las Almas Rosas Místicas de Amor que Yo tanto quería, que Yo tanto procuraba, que Yo tanto pedía.

Aquí con Mi Hijito Marcos, Mi Rosa Mística incesante de Amor, Mi Llama incesante de Amor, quiero almas completamente imbuidas* y totalmente inmersas de este espíritu, de este espíritu de amor, de sacrificio, de donación de la propia vida, para desagraviar el amor traicionado del Padre del Cielo, para aplacar Su Justicia inflamada contra tantos pecados y traiciones de Sus propios hijos, y para juntamente Conmigo, estas almas nuevamente alegren el Corazón de Dios, haciéndolo sentir mejor, por ver que por lo menos aquí en este local bendito de Mis Apariciones en Jacareí, Él tiene verdaderamente un bello jardín de rosas místicas de verdadero amor que juntamente con Mi Hijito Marcos, la mayor Rosa Mística de Amor que tengo en la tierra, cultivadas estas rosas, este jardín, cultivadas personalmente por Mí, para darle todos los días el suave perfume del verdadero amor, de la verdadera obediencia, de la verdadera generosidad, de la verdadera vida de sacrificio.

Por eso aquí en Mi Orden Religiosa, sólo quiero: “Almas completamente imbuidas de este espíritu, y totalmente muertas para sí mismas, para el mundo y para todo lo que se relaciona con el mundo.” Para que así, verdaderamente, siendo sólo y exclusivamente Míos, Mi Corazón pueda dar a Dios todos los días, la alegría de ver que aquí cultivo un verdadero jardín de rosas místicas de amor, de oración, de sacrificio y olvido, martirio personal de sí mismo, voluntario, espontáneo, todos los días, para dar a Dios verdaderamente el suave y odorífero* perfume del amor.

E incluso Mis Hijos Laicos, de ellos exijo: “Este espíritu de amor, de renuncia a las cosas mundanas, de desprendimiento de todo aquello que es del mundo y lleva para lejos de Dios. Quiero de ellos un espíritu de verdadero amor a Mi Rosario, a las oraciones que aquí les di y pedí, y también un verdadero espíritu de sacrificio personal, que significa: aceptar las cruces de la propia familia y del trabajo de cada día.”