Se ha sabido que el obispo A. Schneider ha apoyado la iniciativa de los 4 cardenales para pedir aclaraciones a Fco. sobre los errores y ambigüedades de Amoris L. Pero mientras los elegidos de Bergoglio defienden con uñas y dientes la aplicación pecaminosa de Amoris Laetitia, un obispo polaco también pide que no se permita la comunión a los adúlteros así como la aclaración en otros puntos doctrinales que Amoris L ha desviado de la ortodoxia.
Dice Schneider:
“ A la luz de los pronunciamientos del Papa Francisco y del principio de diálogo y aceptación de la legítima pluralidad de opiniones, fomentado por los documentos del Concilio Vaticano II, las reacciones inusualmente violentas e intolerantes de algunos obispos y cardenales contra la pacífica súplica de los cuatro Cardenales causa gran asombro. Entre tales reacciones intolerantes se pueden leer afirmaciones como, por ejemplo: los cuatro cardenales son ingenuos, cismáticos, heréticos, e incluso comparables a los herejes arrianos. Tales juicios despiadados y terminantes no revelan sólo intolerancia, rechazo al diálogo, y furia irracional, sino que también demuestran sometimiento a la imposibilidad de decir la verdad, sometimiento al relativismo en la doctrina y en la práctica, en la fe y en la vida. La reacción clerical antes mencionada contra la voz profética de los cuatro cardenales refleja, en última instancia, impotencia frente a los ojos de la verdad. Tal reacción violenta sólo tiene un objetivo: silenciar la voz de la verdad que perturba y fastidia la aparentemente pacífica y nebulosa ambigüedad de estos críticos clericales.
Las reacciones negativas a la declaración pública de los cuatro Cardenales se asemejan a la confusión doctrinal general de la crisis arriana en el siglo IV. (...)
Los cuatro cardenales con su voz profética demandando claridad doctrinal y pastoral tienen un gran mérito frente a sus propias conciencias, frente a la historia, y frente a innumerables fieles católicos sencillos de nuestros días, empujados hacia la periferia eclesial por su fidelidad a las enseñanzas de Jesucristo sobre la indisolubilidad del matrimonio. Pero por sobre todo, los cuatro cardenales tienen un mérito grande a los ojos de Jesucristo. Debido al coraje de su voz, sus nombres brillarán ardientemente el día del Juicio Final. Debido a que obedecieron a la voz de su conciencia, recordando las palabras de San Pablo: “Nada podemos contra la verdad, sino a favor de la verdad” (2 Cor 13: 8). Seguramente, en el Juicio Final, los ya mencionados críticos de los cuatro cardenales, en su mayoría clérigos, no tendrán una respuesta fácil por su ataque violento al justo, valioso, y meritorio acto de estos cuatro miembros del Sagrado Colegio Cardenalicio.
Las siguientes palabras inspiradas por el Espíritu Santo retienen su valor profético, especialmente en vistas de la creciente confusión doctrinal y práctica respecto al sacramento del matrimonio en nuestros días: “Porque vendrá el tiempo en que no soportarán mas la sana doctrina, antes bien con prurito de oír se amontonarán maestros con arreglo a sus concupiscencias. Apartarán de la verdad el oído, pero se volverán a las fábulas. Por tu parte, sé sobrio en todo, soporta lo adverso, haz obra de evangelista, cumple bien tu ministerio.” (2 Tim. 4: 3-5).
Que todos quienes en nuestros días aún toman seriamente sus votos bautismales y sus promesas sacerdotales y episcopales, reciban la fortaleza y la gracia de Dios para reiterar, junto con San Hilario, las palabras: “¡Que pueda estar siempre en el exilio, a menos para que la verdad comience a predicarse otra vez!” (De Syn., 78). Deseamos de todo corazón esta fortaleza y gracia a los cuatro cardenales así como a quienes los critican".
+ Athanasius Schneider, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Saint Mary en Astana
Informa Catholic World News: