El redil de Cristo será diezmado pavorosamente


(...) No retrocedas por nada ni por nadie y aunque todo un mundo estuviera en tu contra, tú mantente firme y no des tu brazo a torcer porque lo que está por venir requiere un corazón caliente y una mente fría.
Los acontecimientos se precipitan hacia la desunión definitiva entre Mis fieles. Muchos no entenderán lo que pasa cuando vean surgir bandos contrarios entre los prelados de Mi Iglesia.

Y ahora va a ser todavía peor, a medida que vayan surgiendo de la masa enemiga más y más despropósitos que hagan imposible no tomar partido por los buenos, en el caso tuyo y de otros que comprenden, a través de los mensajes que hago llegar a los profetas o a través de las advertencias Mías o de Mi Madre en el pasado, sobre las cosas que en un futuro sucederían en Mi Iglesia.

(...)

Pero si bien ves que a la mayoría de católicos cristianos no les interesa demasiado lo que ocurre en la Roma vaticana, a ti y a otros que sufrís por la situación de la Iglesia, os es penoso, hasta el punto que no podéis encerrar la realidad, dándola así a conocer como y cuándo podéis.

Por esto tú tienes la obligación de seguir propagándola: Mi Verdad, o sea Yo, debe ser defendida del ataque infernal que ya hace ondear su bandera en la cúpula de la basílica vaticana, ya que se ha hecho con el poder, desde el vértice mismo de la Iglesia de Cristo, que ya no es de Cristo, en el sentido que está gobernada por un anti-Cristo, si bien muchos de sus fieles todavía Me pertenecen y siguen siendo Mi Iglesia, no la iglesia satánica que está instaurando Bergoglio y sus agentes masónicos que van destruyendo lo que Yo fundé sobre Mi Pedro con tanto amor y dedicación.

Ven a saborear la miel, y al mismo tiempo la amargura de estos tiempos, porque si bien tú estás unida a Mí, y eso supone la mayor alegría para cualquier hombre, también has de contar con que muchos no van a comprender lo que sucede, porque no son de Cristo, como tú lo eres, y prefieren seguir con lo de siempre, aunque el “papa” no pertenezca a la categoría de Mi vicecristo.

Ahora ven y tómame contigo, en esta tristeza y soledad en las que Me encuentro, cuando veo a tantos que van a perecer a causa de la destrucción que Bergoglio y los suyos están organizando. Yo sólo Me fío de unos pocos, ya que el redil de Cristo será diezmado pavorosamente.
(...)

A un alma mística, diciembre 2016