¿Por qué la noble meta de que "no haya niños soldado” supera a la de recordar y animarnos a vivir según las enseñanzas de un Dios que se hace Niño, cuando éstas nos mandan querer a Dios y a nuestro prójimo? (Pues la verdad es que los niños soldado me caen un poco lejos)
¡Oh, qué verdades se tienen que dejar de escuchar!, omisiones se llaman.
Que todos pensemos cuáles son las nuestras y cómo honrar a Jesús que nace, ya que quien dice representarlo, no tiene el valor o las ganas de nombrarlo, a sólo unos días de Navidad.