Nuestro Señor Jesucristo a Javier Viesca, México
¡Padre!, ¿por qué Me has abandonado?, con estas Palabras, sentía, Yo, el Abandono de Mi Padre. ¡También eso Me gané, Mis pequeños, al darMe por vosotros! Tomé todos los pecados del Mundo y de todos los tiempos. Mi Padre lo aceptó y sentí Su Desprecio, porque Me volví Pecado. Sí, Mis pequeños, Me envolví con vuestros pecados y Mi Padre Se alejó de Mí, porque Él no puede Vivir en donde hay pecado.
Así estáis vosotros, que Me despreciáis, que le abrís vuestro corazón a satanás, que llenáis vuestro corazón de pecados graves y de maldad y, en esos corazones, como los vuestros, llenos de pecado no podeMos Vivir, Nuestra Tinidad no puede Vivir en corazones llenos de pecado, como los vuestros y, así Me vio Mi Padre.
Primeramente, el desprecio de los hombres, ése “¡crucifícaLe, crucifícaLe!”, ¡Me dolió tanto!, cuando de Mí, ése pueblo testarudo, recibió tantos beneficios de parte Mía, de parte de su Mesías, de parte de su Dios hecho Hombre, y ni Me reconocieron así. Me rechazaron, Me blasfemaron, Me traicionaron, a pesar de tanto Bien. Recibía, al final, ésas palabras, palabras que se gritaban para los ladrones y asesinos, pero no para un Dios. Un Dios hecho Hombre, lleno de Amor, que solamente trajo Enseñanzas Divinas, que trajo Amor, que trajo Vida y así pagó el hombre, en ese tiempo; y, en el actual, sigo escuchando ésos gritos, porque, la gran mayoría de los hombres quieren deshacerse de Mí, como quisieron en ése tiempo, azuzados por los fariseos. A toda Mi Bondad, a todo Mi Amor, a todos Mis Milagros, se les respondió con un “¡crucifícaLe!”.
Estoy en la Cruz y Mi Padre Me da la espalda, también. Un Dolor inmenso, que no podéis entender, porque es un Dolor de Dios a Dios. Mi Padre Me corta la Gracia, Soy Pecado ante Él, no puedo estar ante Él, porque os estoy salvando a vosotros. Estoy tomando todos vuestros pecados, para repararlos con Mi Muerte, pero, también, con Mi Resurrección. ¡Cuánto Dolor, cuánto Dolor de no tener el Apoyo de Mi Padre, de Su Amor, de Su Gracia!, ésa unión Divina se corta por vuestra causa, por vuestros pecados, por vuestra maldad.
Es un Dolor inmenso, porque es un Dolor Divino, y Me deja ahí Solo, y el pueblo Me sigue blasfemando. El desprecio de Mi Padre, ha roto Mi Corazón y después, será atravesado por la lanza del soldado, que derramará Mi Misericordia, aún a pesar de vuestra traición, de vuestra maldad y desprecio.
Soy Todo Amor, Me he dado por vosotros, Me he dado para abrir, nuevamente, las Puertas del Cielo que estaban cerradas. No comprendéis tanto Amor por vosotros, no comprendéis Mi Donación, y la seguís rechazando y, la gente de este tiempo, Me sigue dando la espalda, Me sigue crucificando.
Las almas buenas mitigan Mis Dolores, Me dan alegría, Me dan su apoyo, pero ¡son tan pocas y Me he dado por todos! ¿Dónde estáis todos los demás?, Me di para que os salvarais y regresarais al Reino de los Cielos, ¿dónde están vuestros agradecimientos?, ¿dónde está vuestra conversión?, ¿dónde está vuestro deseo de regresar a vuestro Hogar Eterno? ¡Cuánta decepción!
Me he dado por todos, por la salvación de todos y ¿dónde estáis?, preferís seguir a satanás, que os llevará al dolor eterno ¿Por qué?, ¿por qué Me pagáis así, Mis pequeños?, si Yo os he dado la salvación eterna, con Mi Donación, con Mi Dolor.
Tendréis momentos de reflexión durante esta purificación que tenéis ya, sobre vosotros. Os he dado a conocer Mis Dolores, para que os deis cuenta de todo lo que despreciasteis, vendrán vuestros dolores, pero vuestros dolores, no os darán la Vida que los Míos sí os dieron y los despreciasteis.
Mi Amor está todavía sobre vosotros, os podéis arrepentir, os podéis salvar, pero ¿habrá todavía Fe y amor en vuestro corazón, como para que os salvéis?
Gracias, Mis pequeños.