Anciana se tatúa: "no me eutanasiéis"


Calgary, Canada, Dec 31, 2016 / 10:43 am (CNA).
Esta mujer de 81 años de edad tiene un tatuaje con el mensaje: 'No me eutanasiéis'
Una persona de 81 años que entrara en una tienda de tatuajes podría sonar como una broma, pero para Christine Nagel, no es cuestión de risa 

Una abuela de Calgary recientemente se puso las palabras "No me eutanasies" tatuadas en su brazo.

"Es drástico, pero dice claramente: 'Voy a vivir hasta que Dios me venga a buscar'", dijo a la agencia de noticias canadiense Globalnews.ca.

Como cristiana devota, Nagel se opone al suicidio asistido, que fue legalizado en Canadá este verano. Ya es legal en otros países europeos.

En los Estados Unidos, algunos estados actualmente permiten el suicidio asistido, y muchos otros han sufrido impulsos legislativos para legalizarlo en el último año.

La Iglesia Católica se opone a todas las formas de suicidio, como violación de la dignidad inherente de la vida humana. La enseñanza católica apoya los cuidados paliativos y otras opciones para aliviar el sufrimiento sin matar a la persona humana.

Los críticos de las leyes del suicidio asistido dicen que (los promotores de la eutanasia) envían el mensaje a la sociedad de que el suicidio es una manera aceptable de manejar el sufrimiento, y que acepta el abuso, los asesinatos por motivos financieros y la falta de consentimiento a las píldoras letales que conllevan esta práctica.

Grupos de derechos de personas discapacitadas han argumentado que la legalización del suicidio asistido discrimina a los discapacitados y los ancianos, presionándolos para que pongan fin a sus vidas. También señalan que la mayoría de los pacientes que solicitan el suicidio asistido retiran esa solicitud cuando son tratados por depresión, una estadística reconocida por la Corte Suprema.

Para Nagel, el suicidio asistido puede llegar rápidamente a ser visto como una salida fácil, preferible a la atención de los enfermos y los ancianos porque se piensa: Todos estos viejos son muy costosos de cuidar, están malhumorados y son desordenados. Y no puedes dejar de pensar: "Esta sería una buena solución".

Ella lamentó la falta de respeto por la vida, y dijo que no quiere que nadie interfiera con el plan de Dios para su propia vida.

"¿Cómo te sentirías si aparecieras a las puertas de allá arriba, y San Pedro sacara el libro y dijera: 'un momento, te esperábamos dentro de 18 meses", bromeó.

Los hijos de Nagel respetan su decisión y honrarán sus intenciones.

"Ella no quiere ser desechada", dijo su hija Juliana a Globalnews.ca.