Blog La Cigüeña de la Torre
4 enero, 2017
Y la mejor prueba de ello es el desmentido que ha tenido que hacer el portavoz vaticano. Esas sandeces colosales jamás se habrían creído de ningún Papa del siglo pasado. Con Francisco hay que desmentirlas. Será porque haya bastantes que entiendan que ha podido decirlas. Porque para un medio lelo o lelo entero que las pudiera dar por auténticas no se hace un desmentido vaticano.
Si a los papólatras al uso tal hecho no les parece gravísimo es que ya su estupidez y sus tragaderas son insuperables. El Papa mismo debería considerar a que extremos ha llegado para que la gente pueda entender que tales memeces puedan ser cosa suya.