Francisco se debería preocupar

Porque hay amores, además de los de Leticia, que son muy preocupantes.
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Una de las mayores preocupaciones que suscita este pontificado es el entusiasmo que despierta en declarados enemigos de la Iglesia. Por ejemplo Pablo Iglesias. Que se derrite hablando del Papa. no se entiende que reclame, él o los suyos, la ruptura de los acuerdos entre España y la Santa Sede,  la desaparición de la misa en la Televisión pública, la de los capellanes militares, la x en la declaración de renta, el cierre de las capillas universitarias con exhibición de tetas, el pase a propiedad municipal de catedrales e iglesias, la denigración de obispos… y al mismo tiempo exprese su entusiasmo por el Papa Francisco. Porque hay algo que no cuadra. O en Podemos o en el Papa.
Y me parece peligrosísimo que los suyos, o parte de ellos, se alejen de la devoción al Santo Padre y los enemigos de la Iglesia se erijan en sus defensores. Porque los que se alejan de la Iglesia, alejados quedan, con todas las consecuencias, y los propagandistas no vienen. Porque no pasan de una declaración retórica sin la menor consecuencia práctica y además dicha con la boca chica. Vamos, que es más falsa que Judas.
Si el Papa se cree esas alabanzas tendría que hacérselo mirar. Como también los desapegos que ha motivado en unos cuantos católicos. Luego no se llena la Plaza de San Pedro, disminuyen las limosnas, proliferan los medios contrarios a Francisco, disminuyen las vocaciones y siguen vaciándose las iglesias.