Intrigas vaticanas. Todos contra Francisco





A medida que avanza el pontificado de Francisco, más y más voces se alzan en su contra. Muchas críticas se han levantado desde el lado conservador por sus innovaciones en abierta oposición con las palabras de Jesucristo o san Pablo sobre el adulterio y los sacramentos, por la invención de obras de misericordia y pecados ecológicos, por crear una fuerza moral de apoyo a la agenda despoblacionista/anticristiana de Soros que incluye la invasión silenciosa musulmana de occidente o el control de población, demostrada por las filtraciones de DCleaks y por las 16 visitas a la Academia Pontificia de las Ciencias del radical globalista J. Sachs. Éste, financiado por Soros con 50 millones de dólares, trabaja a una con el Vaticano para empujar el control de población con excusas ecologistas que ponen a la Tierra por encima de sus habitantes.

Pero el cambio más peligroso aún no se ha filtrado a la opinión pública católica. Francisco además de abrir tímidamente la posibilidad, a través de artículos de sus adláteres en la Civiltà Cattolica y otros medios afines, del sacerdocio femenino, o de varones casados, ha tenido la osadía de poner en marcha secretamente una nueva misa sin consagración, cuya liturgia contenga la plegaria eucarística antigua de “Addai y Mari” sirviendo a sus fines ecuménicos, destruyendo así el corazón del catolicismo. Piénsese que sólo la misa católica tiene el poder milagroso de hacer que Cristo mismo descienda realmente sobre los altares para convertirse en el “pan vivo que da vida al hombre”, y que debe ser comulgado sólo bajo condiciones determinadas, las cuales Francisco y sus muchachos ya han desestimado promoviendo la comunión, en la práctica, para todos, incluso para aquellos que este gesto supone un grave sacrilegio. 

La táctica bergogliana de reducir al silencio -de diversos modos poco diplomáticos- a los católicos disidentes, se ha dejado sentir con estupor en los medios de comunicación, cuando no con carteles en las mismas calles romanas.

Por otra parte el arzobispo Negri, íntimo de Bendicto XVI,  ha confirmado que graves presiones se ejercieron desde dentro y fuera del Vaticano para que éste renunciase, cuestión que invalidaría su dimisión según las normas canónicas.


Un papado que muchos ya llaman desastroso porque lo que está consiguiendo es dispersar a los católicos en dos bandos, haciendo del de Bergoglio, un grupo de apóstatas que han dejado irreconocible el depósito de la fe y las creencias que Jesucristo legó a su Iglesia y a cada papa para que velasen por su incorruptibilidad. 

Pero incluso, los mismos que violando las normas del cónclave, hicieron campaña por Bergoglio, -quedando suspendidos por la excomunión inmediata, según dejó escrito Juan Pablo II, en Universi Dominici Gregis, y así Francisco es un “papa” excomulgado-, reniegan de él ya que está poniendo en peligro de cisma a una Iglesia que ellos quieren mantener unida para adherirla a las demás religiones para la falsa religión del Nuevo Orden Mundial.

Y así permanecemos los católicos, con un papa que no es papa y que se dedica a dilapidar los bienes divinos haciéndose reo de gravísima culpa ante los ojos de Dios, mientras que el que es papa no ejerce como papa y calla.
Este abuso fraudulento de la autoridad papal no puede llegar más allá de un cisma anunciado en apariciones marianas y en voces proféticas, si es que Bergoglio es capaz de enfrentarse al mismo Dios para hacer de sí mismo el nuevo dios de la Religión Mundial.


Lisa Justiniano