Jesús nos dice cómo tratar a los enfermos graves

09 OCTUBRE, 2010

Habladles de Mí como el Buen Pastor que nunca abandona a Sus ovejas y decidles que pidan interiormente perdón a Dios por sus pecados

Angustiosos momentos padecen algunos enfermos en sus largas convalecencias sin que puedan expresar lo que están padeciendo. Yo, Jesús, os hablo.
Hijos Míos, os hago saber que vuestros seres queridos que están enfermos y no saben expresar sus angustias, necesitan ser consolados y reconfortados con los sacramentos y la visita de Mis sacerdotes. Os pido que deis consuelo espiritual a vuestros enfermos y los llevéis al sacerdote y, si ellos no pueden ir por su situación critica, hagáis que el sacerdote vaya a ellos. Yo, Jesús, os hablo.

Muchos enfermos saben que están en la recta final de su vida y sienten temor ante lo que les pueda esperar al partir, por eso, reconfortadlos con conversaciones santas, que aunque parezcan que ni os escuchan, ellos captan vuestras intenciones.

Habladles de Mi Santa Madre, no sabéis lo que a un enfermo reconforta que le habléis de Mi Madre. Ella al pie de la Cruz Me reconfortaba a Mí con su presencia, también a los enfermos si son creyentes y les habláis y aunque sean poco (creyentes), les reconfortará. Habladles de Mí como el Buen Pastor que nunca abandona a Sus ovejas y decidles que pidan interiormente perdón a Dios por sus pecados.

Hacedles la señal de la cruz en la frente y en todos los demás miembros y echadles agua bendita. Dadles a besar la santa cruz y las imágenes que tengáis de Mi Madre o de los santos, pero sobre todo, llevadles de vez en cuando a un sacerdote para que los bendigan y los asistan. Yo, Jesús, os hablo. 
Quien ayuda a un enfermo y le da toda clase de asistencia tanto física como espiritual, está haciendo una gran obra y el enfermo o enferma lo agradecerán eternamente, esto va también para las personas que trabajan en hospitales o tienen a su cargo enfermos por sus profesión. Yo, Jesús, os hablo.

Lo que hagáis por uno de ellos por Mí lo hacéis, lo que hagáis en la fase final por uno de ellos, Yo os lo agradeceré eternamente, porque debéis procurar que mueran dignamente sin son creyentes y no como los animales. Pronunciad ante ellos Mi Santo Nombre, el de Mi Madre y el Santo Nombre de Dios que ama a toda Su creación sin límites. Yo, Jesús, os hablo. La paz de la Santísima Trinidad esté con todos vosotros.