Pedid a los ángeles que os quiten los obstáculos


31 de Agosto, 2004 Jesús a Anne, una apóstol laica, Irlanda 


Para que puedan vivir con total plenitud, es necesario que consideren su universo, tanto lo visible como lo invisible. 

Normalmente es lo invisible lo que mueve a las almas, y cuando éstas permiten influencias y a los guardianes celestiales (actuar), viven con mayor plenitud y seguridad. 

Hijos Míos, con toda la asistencia divina de la que están rodeados, en verdad no les falta nada. No les pediría que realizaran las misiones que les he encomendado sin darles la ayuda adecuada: la ayuda está allí, simplemente hagan uso de ella. 

Si están trabajando en algún proyecto para Mí y sienten que algo está obstaculizando, alegremente pidan a los ángeles del cielo que lo quiten y quédense en paz porque saben que no los haré responsables por cosas que no pueden cambiar. 

Trabajen constantemente conscientes de que están rodeados por amigos Míos en forma de ángeles, y también de los santos. Sabiendo que cuentan con esta ayuda celestial, aprenderán a estar en paz con todo; aprenderán a elegir la perspectiva celestial en cada situación y con cada persona. Por ejemplo: si les ha tocado vivir cerca de un alma que les causa repugnancia o por quien sienten rechazo, la actitud mundana sería evadirla lo más rápido posible. Sin embargo ustedes, después de considerar la presencia de los ángeles y los santos, podrán discutir silenciosamente el asunto con ellos y probablemente les informen que esa persona tiene un gran dolor que enmascara con una actitud exterior desagradable o agresiva; posiblemente su alma esté afligida y anhela la unión celestial de la que tú gozas o haya sido terriblemente dañada por aquellos que supuestamente debieron amarlo o esté físicamente enfermo. 

Quizás, amigos Míos, la vida lo ha desilusionado y no estaba allí Jesús para sanar sus heridas. Y bueno ¿no verían la situación diferente a la luz de estas posibilidades? Sus amigos angélicos, incluyendo el ángel guardián de aquella alma, les podrían dar las explicaciones necesarias y exhortarlos a que le den el trato justo que requiere su alma para abrirse aunque sea un poco para permitir que Yo entre. 

Ustedes saben lo que puedo hacer en un alma cuando ésta me da un espacio. A la luz de todo esto se convierte en una situación muy diferente ¿no es cierto? Mientras permanezcan en la tierra no les será posible ver lo que sus oraciones y amor lograron en esa alma, más cuando lleguen al cielo lo verán, y también podrán constatar todos los frutos producto de sus pequeños actos de auto-negación y amor. Amigos Míos, vivirán de una forma muy diferente si se mantienen permanentemente conscientes de la compañía celestial que los rodea.