El pequeño resto será protegido


Enero 7/10 A Agustín del Divino Corazón

No temáis pequeño resto, porque San Miguel Ar
cángel os cubrirá con su capa celestial y os defenderá con su espada divina.

No temáis pequeño resto que a todos vosotros os guardaré en el refugio de mi Inmaculado Corazón, el enemigo jamás podrá tocaros.
No temáis pequeño resto, Cristo os bañará con su Preciosísima Sangre formando una gran coraza de protección en todo vuestro ser, los dardos del maligno nunca penetrarán en vosotros.


No temáis pequeño resto, los Santos Ángeles os custodiarán como cuidando lo más precioso para el Sacratísimo Corazón de Jesús.
No temáis pequeño resto, María, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, os está preparando como soldados valientes del Ejército Victorioso, soldados armados con la armadura de Dios que no temen a las potestades del infierno porque saben que su capitana aplastará con su talón la cabeza de la serpiente.


No temáis pequeño resto, atended a las últimas advertencias del final de los tiempos.
No temáis pequeño resto, ya es hora que os refugiéis en mi Inmaculado Corazón, sobrecogeos bajo los pliegues de mi Sagrado Manto, porque muchos enemigos os asediarán, el hombre impío pronto aparecerá.
No temáis pequeño resto, vivid mis lecciones de amor para que los falsos profetas no os engañen con sus cuentos y fábulas.


No temáis pequeño resto, porque pronto veréis aparecer señales y prodigios en el cielo; no os alarméis, esto es anuncio para el segundo advenimiento de Jesús.
No temáis pequeño resto, vivid los mandamientos de la ley de Dios y seréis salvos.



No temáis pequeño resto, acudid al Señor que su misericordia es eterna para con todos los que le aman.
No temáis pequeño resto, permaneced fieles a la sana doctrina, acoged la tradición y huid del modernismo.


No temáis pequeño resto, porque sois la porción amada del Señor, sois discípulos fieles a sus enseñanzas, sed radicales en su seguimiento.
No temáis pequeño resto, cargad con la cruz de Jesucristo que pronto veréis cielos nuevos y tierra nueva.


No temáis pequeño resto, cuando os sintáis perseguidos o asediados: dichosos seréis porque vuestro es el Reino de los Cielos.
No temáis pequeño resto; saldréis ilesos en este tiempo de tribulación y de justicia; Jesús os pagará un buen salario por vuestra fidelidad.

No temáis pequeño resto, el Cielo os está avisando para cuando llegue el momento de los acontecimientos, muy pronto vendrá el Mesías.
No temáis pequeño resto, porque pronto mi Inmaculado Corazón triunfará y el Sagrado Corazón de Jesús reinará.


No temáis pequeño resto, porque seréis preservados, las alteraciones climáticas y las estaciones os afectarán en menor grado porque supisteis responder a los llamados angustiosos de una buena madre.
No temáis pequeño resto, porque recibiréis corona de mártires el día que estéis en presencia del Tribunal Divino.


No temáis pequeño resto, esperad gozosamente el juicio a las naciones, los justos serán puestos a la derecha y los impíos a la izquierda.
No temáis pequeño resto, porque muy pronto llegará el día de la misericordia, día en que vuestras conciencias se os iluminarán, día en que tendréis un juicio particular ante la presencia del Señor, día en que muchas almas iniciarán un proceso de conversión perfecta, día en que cada uno verá su propia vida bajo la luz de Dios.


Hijos míos: la iluminación de las conciencias será una de las manifestaciones finales de misericordia que vendrá del Cielo porque aquí podréis ver como en un espejo nítido todo lo bueno y lo malo que hayáis hecho en vuestra vida. Es la última oportunidad que Dios dará a toda la humanidad, oportunidad en la que los pecadores desearán morir, oportunidad en la que las Iglesias estarán llenas de penitentes buscando el Sacramento de la Confesión, oportunidad que os llevará a un examen profundo de conciencia, oportunidad que es el último gesto de amor de Dios para con todos los hombres.