Bergoglio contradice el mensaje de la V. de Fátima





Contrastantes las afirmaciones de Bergoglio sobre el perdón, la misercordia y la justicia, frente a la severidad del mensaje de Fátima de 1917.  La Virgen nos vino a advertir de la necesidad de conversión y penitencia, incluso nos regaló, para impresionarnos más, una visión del Infierno con pecadores incluidos o estos otros pasajes relatados por Lucía: "Delante de la palma de la mano derecha de Nuestra Señora había un corazón rodeado de espinas que parecían clavarse en él. Entendimos que era el Corazón Inmaculado de María, ultrajado por los pecados de la humanidad que quería reparación”. "Nuestra Señora dijo que era preciso rezar el rosario para alcanzar las gracias durante el año, y continuó:
-Sacrificaos por los pecadores y decid muchas veces y especialmente cuando hagáis un sacrificio: “¡Oh Jesús, es por tu amor, por la conversión de los pecadores y en reparación de los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María!”

"¡Penitencia, Penitencia, Penitencia!", clamó el Ángel de Fátima.

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Fátima: Extracto de la meditación previa al Rosario del viernes de Francisco:

(...)Peregrinos con María... ¿Qué María? ¿Una maestra de vida espiritual, la primera que siguió a Cristo por el «camino estrecho» de la cruz dándonos ejemplo, o más bien una Señora «inalcanzable» y por tanto inimitable? ¿La «Bienaventurada porque ha creído» siempre y en todo momento en la palabra divina (cf. Lc 1,45), o más bien una «santita», a la que se acude para conseguir gracias baratas?

¿La Virgen María del Evangelio, venerada por la Iglesia orante, o más bien una María retratada por sensibilidades subjetivas, como deteniendo el brazo justiciero de Dios listo para castigar: una María mejor que Cristo, considerado como juez implacable; más misericordiosa que el Cordero que se ha inmolado por nosotros?


(Nota de este blog: Jesús y María comparten místicamente un solo corazón, pero hay indulgencias de María como Madre nuestra que hacen cambiar los dictados -también de justicia- de Cristo, y la historia del cristianismo está llena de ellas, la primera fue el milagro de las bodas de Caná, otros muchos e imponentes milagros se han realizado a través del Rosario (por ejemplo el de Lepanto), de la devoción de las 3 Avemarías, de la visita a los lugares de apariciones marianas etc, ¿Es esta afirmación de Fco. un modo de ningunear la intercesión de la Virgen? Además María también se inmoló místicamente a traves de las torturas de Jesús, que fueron también suyas, y por eso es la Corredentora

Bergoglio contradice fuertemente el mensaje de Fátima. En efecto, María detendrá los castigos de Dios a través de la devoción a Ella. También el triunfo final viene a través de su Corazón:


María: "Habéis visto el infierno, donde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlas Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado corazón. Si hacen lo que yo os digo se salvaran muchas almas y tendrán paz. La guerra terminará, pero si no dejan de ofender a Dios, en el reinado de Pío XI comenzará otra peor. Cuando viereis una noche alumbrada por una luz desconocida sabed que es la gran señal que Dios os da de que va a castigar al mundo por sus crímenes por medio de la guerra del hambre, de la persecución de la Iglesia y del Santo Padre. Para impedir eso vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Corazón Inmaculado y la comunión reparadora de los primeros sábados. Si atendieren mis deseos, Rusia se convertirán y habrá paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones contra la Iglesia; los buenos serán martirizados; el Santo Padre tendrá que sufrir mucho; varias naciones serán aniquiladas. Por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará.)



Sigue Bergoglio:

Cometemos una gran injusticia contra Dios y su gracia cuando afirmamos en primer lugar que los pecados son castigados por su juicio, sin anteponer —como enseña el Evangelio— que son perdonados por su misericordia. (Bien, para Francisco entonces Dios no castiga porque antes perdona ¿incluso a los que no se arrepienten? ¿qué hay de la Confesión? Más abajo vuelve a repetir la idea*)


Hay que anteponer la misericordia al juicio y, en cualquier caso, el juicio de Dios siempre se realiza a la luz de su misericordia. Por supuesto, la misericordia de Dios no niega la justicia, porque Jesús cargó sobre sí las consecuencias de nuestro pecado junto con su castigo conveniente. (Entonces, ¿el castigo o justicia por nuestros pecados ya lo asumió Cristo y no debemos pagar por ellos?, me suena a doctrina confusa o pseudoprotestante  ¿ya no existe el purgatorio, ni el infierno?); 
Él no negó el pecado, pero pagó por nosotros en la cruz. Y así, por la fe que nos une a la cruz de Cristo, quedamos libres de nuestros pecados dejemos de lado cualquier clase de miedo y temor, porque eso no es propio de quien se siente amado (cf. 1 Jn 4,18). «Cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño.



Su saludo nocturno a trescientos mil peregrinos, no ha podido ser más claro y directo: «Dejemos de lado cualquier clase de miedo y temor, porque eso no es propio de quien se siente amado». Su deseo es que los cristianos «seamos, con María, signo y sacramento *de la misericordia de Dios que siempre perdona, perdona todo».