Encuentros de Asís, Francisco y Pío Xl

Extracto de artículo de Machael Matt para The Remnant 
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Las letras del cartel con los colores del arcoiris usado como símbolo homosexual



Y en cuanto a nuestros amigos protestantes, recordemos que el cristiano sólo puede ser entendido como católico. Como dice Santo Tomás, sólo llamamos a los “hermanos separados” o a los herejes y cismáticos “cristianos” por cortesía. No son “cristianos” en sentido estricto, sino sólo en un sentido calificado, secundum quid. Así pues, la unidad cristiana sólo puede lograrse, como el Papa Pío XI enseña en Mortalium Animos, por un regreso al redil, a la santa Iglesia católica y apostólica – una prescripción que el Papa Francisco parece rechazar. Una vez más, contraste las palabras del Papa Francisco en Asís 2016: 
((“Nosotros que estamos aquí juntos y en paz creemos y tenemos  esperanza en un mundo fraterno. Deseamos que hombres y mujeres de diferentes religiones puedan reunirse en todas partes y promover la armonía, especialmente donde hay conflicto. Nuestro futuro consiste en vivir juntos. Por esta razón estamos llamados a liberarnos de las pesadas cargas de la desconfianza, el fundamentalismo y el odio. ¡Los creyentes deben ser artesanos de paz en sus oraciones a Dios y en sus acciones por la humanidad! Como líderes religiosos, tenemos el deber de ser fuertes puentes de diálogo, mediadores creativos de la paz. – Papa Francisco, Día Mundial de Oración por la Paz. Asís, 20 de septiembre de 2016))
con las de su predecesor, el Papa Pío XI:
Así, venerables hermanos, está claro por qué esta Sede Apostólica nunca ha permitido a sus súbditos participar en las asambleas de los no católicos: porque la unión de los cristianos sólo puede ser promovida promoviendo el retorno a la única Iglesia de Cristo de aquellos que están separados de ella, porque en el pasado la han dejado infelizmente.
Cardenal Pie sobre la unidad…
¿Es Dios demasiado orgulloso cuando reconoce sólo a aquellos que le reconocen, y niega a los que le niegan? A Jesucristo no le importaban los que lo encontraban como excesivo; Él lo expresó de tal manera que no dejó ninguna duda sobre el punto. Como testifican tres de los evangelistas, Él reconocerá delante de Su Padre y ante todo el tribunal celestial a quien lo haya reconocido y confesado ante los seres humanos, pero si, ante esta generación corrupta y pecadora, alguien se avergonzara de nuestro Señor, ya sea en Su Persona o en Sus enseñanzas, por Su parte nuestro Señor, cuando Él aparezca en la gloria de Su Padre, escoltado por los santos ángeles, se avergonzará de esa persona.
El Apóstol concluye de esto: “Una palabra fiel: si padecemos, también reinaremos con Él. Si le negamos, también nos negará”. San Hilario dice que en la medida en que hemos sido testigos de Su Nombre, en tal medida nuestro Señor testificará por nosotros ante Dios Su Padre.

La práctica abierta del cristianismo a veces requiere gran valor. ¿Tal vez piensas que Dios preparó Su Cielo para los tímidos o para los cobardes? Por el contrario, ¿no ha dicho el Maestro que “el Reino de Dios sufre violencia” y que “los violentos lo arrebatan”. Y Juan, el discípulo amado, el apóstol de la caridad, ¿no declara directamente que “los temerosos”, que no se atreven a confesar su fe, serán considerados iguales a los que no creen, y cuya parte será el lago de fuego: “Pero los tímidos e incrédulos … tendrán su parte en el lago encendido por fuego y azufre” (Apocalipsis 21: 8).
No me nieguen tampoco que el cumplimiento del deber religioso puede traer problemas, molestias en sus relaciones o incluso perjudicar sus intereses. El Evangelio ha tratado justamente de antemano estas vanas excusas.