1 de mayo de 2017
Capilla Eucarística, Parroquia de San Rosalie, Hampton Bays, Nueva York
San Miguel Arcángel:
Mirad, ¡aquí! Yo soy Miguel Arcángel, el Guardián de la Fe para todos los hijos de Dios, que reconocen a Jesucristo como el Redentor y como el Salvador del Mundo.
No toméis estas palabras a la ligera, sino inclinad vuestras cabezas ahora en reverencia pues los acontecimientos que pronto se desplegarán llevarán a la humanidad al abismo, a lo peor, y sin embargo es el mejor de los tiempos, ya que ahora estáis plenamente involucrados en los tiempos finales, acontecimientos que os han sido profetizados desde los primeros tiempos, antes de que el Salvador naciera en la ciudad de Belén; de Sus propias palabras proféticas durante su tiempo en la Tierra; y en los tiempos de la Iglesia primitiva cuando sus seguidores tuvieron, al principio, sus dudas.
Pero a través del poder del Espíritu Santo, la Iglesia y los hijos de Dios han prevalecido durante los peores momentos durante más de 2.000 años.
¡Pero Ay! Ahora estáis en los últimos tiempos, los últimos tiempos, cuando el Salvador redimirá la Tierra y todos sus habitantes de acuerdo con sus propias voluntades, y ningún hombre o mujer será descuidado, cuando el severo segador corte la paja lejos del trigo y arroje al malvado y a todos sus seguidores a un lugar de oscuridad en la condenación eterna.
¡Que así sea! ¡Según la palabra del Padre en el Cielo!
En estos tiempos finales, el pueblo debe dirigirse individualmente solamente al verdadero Redentor del mundo, Jesucristo, el Señor y Salvador. Es sólo a través del Redentor que la salvación pronto se efectuará.
Confíate a ti mismo y tu fe solamente en el Redentor, porque sólo Él es verdaderamente el Hijo de Dios, elegido en estos tiempos finales para levantar a la humanidad del dominio del maligno.
Estos son tiempos peligrosos para los verdaderamente fieles. No te confíes a ti mismo, ni a tu alma, ni tu lugar en la eternidad a ningún otro que el Señor y Salvador. Sólo Él ahora tiene las llaves del Reino Celestial, según lo ordena el Padre Celestial.
Ningún agente de poder, político, sacerdote o papa debe interponerse ahora entre tú y tu Redentor. Sólo ahora puedes buscar el consuelo y la consolación del Padre Celestial directamente a través de Su Hijo, el Redentor, porque sólo Él puede ahora salvar vuestras almas.
Porque la corrupción del maligno se ha vuelto tan insidiosa que todo hombre o mujer viviente es vulnerable a las trampas y engaños del diablo. No confíes en nadie más que en el Padre Celestial, por intercesión de Su Hijo, y a través de las oraciones e intercesión de Su Madre Celestial, porque cualquiera que camine sobre la faz de la Tierra puede ser vulnerable a la tentación del maligno.
Se os pide que oréis poderosamente por discernimiento y que os preparéis para los eventos que se avecinan. Orad con poder para apoyar a aquellos entre vosotros, quienes a nivel secular se están alineando con el plan del Padre para la redención de la humanidad. Pero no esperéis ni en un solo hombre, aunque sea un agente de poder, político, sacerdote o papa; Ni uno sólo uno de ellos producirá los cambios en la humanidad que sólo el retorno del Hijo, el Redentor, producirá.
Si un solo hombre reclama ser tu salvador, y si sólo un gobierno mundial apoya su ascensión, entonces sabrás que es el maligno, el anticristo encarnado, el que te conduce a un mundo de destrucción, caos, violencia y la guerra, y en última instancia a la ruina de tu civilización. Tened cuidado con cualquier líder secular o cualquiera de vosotros, que reclame tales poderes, porque ciertamente llevará la Marca de la Bestia y conducirá al mundo a la condenación eterna.
Por lo tanto, aquellos de vosotros que sois fieles al Padre Celestial y Su Hijo debéis denunciar y renunciar a aquellos que están pidiendo un Nuevo Orden Mundial, ya sean corredores de poder, políticos, sacerdotes o papas, porque ellos estarán señalándoos a todos vosotros que son parte de la obra del maligno, y satan / lucifer y todos sus seguidores serán rápidamente arrebatados por el severo segador y sacados del lugar que Dios Padre está preparando para vosotros: Un Nuevo Cielo y una Nueva Tierra.
Orad y cantad a la Gloria del Padre Celestial, al Redentor, a Su Hijo, al Poder del Espíritu Santo y a la Madre de Dios, la Santísima Virgen María.
Pues estos son los tiempos que probarán las almas de los hombres. Estos son los tiempos para orar porque aquellos de vosotros que sois hijos de Dios pronto os deleitaréis en el mundo futuro, tanto en el Cielo como en la Tierra que el Padre Celestial ha preparado para vosotros.
¡Gracias a Dios!
El mensaje finalizó a las 9:07 am