El periódico vaticano: Dios es la proyección del hombre en su mente


L’Osservatore Romano: “La religión surge del miedo y de las necesidades humanas. El Dios de la religión es la proyección de la mente del hombre, sus miedos, sus necesidades. Es un dios hipotético”
Con las frases que dan título a esta entrada se despachaba el pasado sábado 22 de julio el jesuita -¡Cómo no!- Giulio Cirignano (quien aparece, de camuflaje, en la imagen que abre esta entrada), nada menos que en L’Osservatore Romano, diario nacional de la Ciudad del Vaticano, otrora católico y que últimamente sirve de plataforma mediática a heterodoxos de todo pelaje.

En un lamentable artículo que algunos blogs y páginas web de temática religiosa han reproducido de forma parcial -pues la versión digital de L’Osservatore Romano no reproduce todo el artículo-, titulado “La costumbre no es fidelidad. La conversión pedida por el Papa Francisco” (Abitudine non è fedeltà. ​La conversione chiesta da Papa Francesco), reproducido sobre estas líneas, el personaje en cuestión ataca al clero católico, al que, entre otras lindezas, tacha de “inculto” y “poco iluminado”, afirmando que muchos clérigos que se oponen al Papa Francisco actúan desde una teología anticuada asociada a la Contrarreforma (al Concilio de Trento, vamos). Según él, tal teología no tiene alma y es responsable de transformar la “aventura apasionada y misteriosa de creer” en “religión” que no alcanza el nivel de una verdadera “fe”.

“La religión surge del miedo y de las necesidades humanas 
[…] Sin embargo, tiene esta importante limitación: el Dios de la religión es, en su mayor parte, la proyección del hombre de su mente, sus miedos, sus necesidades. Es un dios hipotético”, ha soltado el jesuita con todo desparpajo.
Así que, ya lo saben: la mayor parte de los cardenales, obispos y sacerdotes que aceptan y predican lo que mandó el Sacrosanto y Ecuménico Concilio de Trento (dogmático), además de ser unos incultos y estar anticuados teológicamente, no tienen fe, sino que proyectan los miedos de su mente y predican a un dios inexistente. Menos mal que contamos con algunos jesuitas iluminados que nos van a abrir los ojos y nos van a revelar -que no predicar, pues eso sería proselitismo pecaminoso- la religión verdadera.
Parece, pues, que la campaña anticatólica liderada por los jesuitas a través de los medios de comunicación vaticanos continúa, tras el reciente ataque a los católicos “integristas” estadounidenses que no votaron a la proabortista y anticristiana Hilaria Clinton y que luchan por la educación religiosa en las escuelas, contra el aborto, el homomonio o la ideología de género, en un artículo -más bien un libelo- escrito por otro jesuita de pro: Antonio Spadaro, junto al director -protestante- de la edición argentina de L’Osservatore Romano, nombrado por Francisco (ver aquí).
¡Ay, si San Ignacio de Loyola levantara la cabeza!