Dios P: llamo a las armas a Mi ejército de la Verdad, Mi Remanente




12 de Noviembre del 2017 http://amorsanto.squarespace.com/
Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el Corazón de Dios Padre. Dice: “Yo soy Dios, el Padre de toda la Creación. Vengo a ustedes hoy para llamar a las armas a Mi ejército de la verdad, el cual es el Resto Fiel. Son ustedes los que deben mantener la Tradición de la Fe en la batalla que hay por demoler la sana moral, el matrimonio y la vida familiar. Esta es la última batalla de Satanás, y él lo sabe. Él está utilizando todas sus artimañas para destruir el cimiento del Amor Santo en los corazones, minando así la relación de la humanidad Conmigo.”

“El arma de ustedes es la verdad. La verdad es Mi triunfo y Mi victoria. No deben aceptar la transigencia por complacer a las personas. Por amor a Mí, complázcanme a Mí viviendo en las verdades de la sagrada Tradición.”

“Mis mandamientos no cambian para satisfacer el placer humano. Ustedes, como parte de Mi ejército, tienen que respaldar la obediencia a Mis estatutos. Tienen que respaldar el amor por Mí sobre todas las cosas.”
“Esta es una guerra que se libra solamente en los corazones. A simple vista es invisible. Para el sensato, todo es muy evidente. Vivir como un miembro de este ejército de la verdad requiere valor. Tienen que estar dispuestos a poner de manifiesto el hecho de que esta guerra sí existe. Se trata de una guerra que causa estragos, no en las vidas, sino en las almas.”
“Mientras que su arma es la verdad, el arma de Satanás es la negociación de la verdad. Él presenta lo bueno como algo malo y lo malo como algo bueno.”
“Una de sus armas más poderosas es la negación del combate espiritual actual. Es por eso que llamo a las armas a Mi ejército de la verdad.”
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Lean 1ª Timoteo 4:1-2
El Espíritu afirma claramente que en los últimos tiempos habrá algunos que renegarán de su fe, para entregarse a espíritus seductores y doctrinas demoníacas, seducidos por gente mentirosa e hipócrita, cuya conciencia está marcada a fuego.
2ª Timoteo 1:13-14
Toma como norma las saludables lecciones de fe y de amor a Cristo Jesús que has escuchado de mí. Conserva lo que se te ha confiado, con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros.
2ª Timoteo 4:1-5
Yo te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, y en nombre de su Manifestación y de su Reino: proclama la Palabra de Dios, insiste con ocasión o sin ella, arguye, reprende, exhorta, con paciencia incansable y con afán de enseñar. Porque llegará el tiempo en que los hombres no soportarán más la sana doctrina; por el contrario, llevados por sus inclinaciones, se procurarán una multitud de maestros que les halaguen los oídos, y se apartarán de la verdad para escuchar cosas fantasiosas. Tú, en cambio, vigila atentamente, soporta todas las pruebas, realiza tu tarea como predicador del Evangelio, cumple a la perfección tu ministerio.