Manifestaciones milagrosas del Cristo de Limpias (Santander)


La Villa de Limpias (Santander, España), tiene un iglesia parroquial en honor a San Pedro. En el altar mayor se venera una prodigiosa imagen del Cristo de la Agonía. El crucifijo es una meditación de los sufrimientos de Nuestro Señor que presenta a Jesús en los momentos finales de Su agonía. La imagen del Cristo es de tamaño natural. Mide seis pies de altura y esta colocada sobre una cruz de 2.30 metros de alto.

Hubieron numerosas manifestaciones milagrosas del Santo Cristo y también muchas sanaciones milagrosas. Para julio del año 1920, hubo mas de 1,000 curaciones certificadas por los médicos. Muy pocas de estas sanaciones tuvieron lugar en Limpias, mas bien cuando los peregrinos regresaban a sus casas y se ponían en contacto con objetos que habían tocado el crucifijo.

El primer obispo en ser favorecido con la gracia de poder presenciar las manifestaciones, fue Don Manuel Ruiz y Rodríguez, obispo de Cuba, quien fue a Limpias después de una visita a Roma. De vuelta en su patria escribió una carta pastoral a todos los miembros de su diócesis en las que exponía sin reservas todo lo concerniente al crucifijo milagroso. Relató como los ojos del Cristo se movían de lado a lado y como la cara, a un punto, tomo expresión agonizante. De aquí comenzó la gran devoción que en Cuba se le tiene al Cristo de Limpias. Cuba tiene un santuario del Cristo de Limpias (Calle Corrales 3, Habana, Cuba). En 1937 se fundó en La Habana la Cruzada del Cristo de Limpias, por la paz del mundo y la conversión de los pecadores. Por esas intenciones se rezaba todos los días a las 7PM el Santo Rosario y se celebraban las fiestas en su honor el 16 de Julio (no se en la actualidad).

Todos estos relatos se podrían concluir con un reporte muy breve, redactado por un periodista relatando los hechos ocurridos en su presencia: "Pude percibir movimientos de la quijada, como si estuviera pronunciando pocas sílabas con Sus labios. Cerré mis ojos fuertemente y me pregunté a mi mismo: ¿Qué habrá dicho? La respuesta no se hizo esperar, desde lo mas profundo de mi corazón pude escuchar claramente estas palabras tan significativas y ungidas,"ÁMAME"

Es por esta razón que Nuestro Señor realizó tantas maravillas ante los ojos de creyentes y no creyentes. En Limpias El demostró la agonía de Su muerte y la magnitud de Su amor por nosotros, no solo para evocar sentimientos de compasión y arrepentimiento, pero también para pedir, mas bien suplicar que Le amemos en respuesta. 

El 29 de julio, de 1919, El Padre Celestino María de Pozuelo, monje Capuchino, visitó la Parroquia de Limpias y escribió un relato que incluía la siguiente aseveración: "El rostro presenta una expresión viva de dolor, el cuerpo descolorido como si hubiera recibido crueles latigazos y totalmente bañado en sudor."
 


El Rev. Valentín Incio, de Gijón, cuenta que visito Limpias el 4 de agosto, de 1919. A su llegada se unió a un grupo de peregrinos que, en ese momento estaban siendo testigos del milagro. Habían alrededor de 30 a 40 personas, otros dos sacerdotes, 10 marineros y una mujer que no dejaba de llorar. El Padre Incio escribió:

"Al llegar contemplé a Nuestro Señor como si estuviera vivo; mas adelante Su cabeza conservó su posición de costumbre y Su contorno la expresión natural, pero Sus ojos estaban llenos de vida y miraban en diferentes direcciones... A un punto, Su mirada se centró sobre los marineros a quienes contempló por largo rato, luego miró lánguidamente hacia la sacristía por algún tiempo. En este instante ocurre el momento mas conmovedor de todos: Jesús posa Su mirada sobre todos nosotros pero de una forma tan dulce, ¡tan suave!, tan expresiva!, tan amorosa y divina, que todos los allí presentes caímos de rodillas, lloramos y adoramos a Cristo...
Nuestro Señor continuó moviendo Sus ojos y párpados que brillaban como si estuvieran llenos de lágrimas, y movió Sus labios suavemente como si estuviera diciendo algo o rezando. Al mismo tiempo la mujer que mencioné anteriormente se encontraba a mi lado y vio al Maestro tratando de mover Sus brazos, luchando por relajarlos de la Cruz". Dando testimonio sobre este relato estuvieron 3 sacerdotes, los 10 marineros y la mujer.

El 15 de septiembre, de 1919, 2 obispos acompañados de 18 sacerdotes, contaron lo ocurrido al postrarse ante el crucifijo:

"Todos vimos entristecer aún mas el rostro del Santo Cristo. Su boca también estaba mas abierta que lo usual, Sus ojos se fijaron suavemente sobre los obispos y luego en dirección a la sacristía. Sus gestos simultáneamente tomaron expresión como los de un hombre que esta luchando por sobrevivir."

El 24 de diciembre, de 1919, en compañía de un grupo de personas, el Padre confesor de la Iglesia del Pilar en Zaragoza, Don Manual Cubi, vio al Santo Cristo en agonía de muerte; "Nuestro Señor trataba de soltarse de la Cruz con movimientos violentos y convulsivos, luego levanto Su cabeza, movió Sus ojos y cerró Su boca. En ocasiones pude ver Su lengua y dientes. Por aproximadamente media hora El nos mostró cuanto le había costado nuestra salvación y cuanto había sufrido por nosotros en el momento de Su abandono en la Cruz."