Los católicos y la sta. Misa



Es recomendable hacer la Señal de la Cruz al entrar y salir de la iglesia como recordatorio de nuestro Bautismo, que nos hizo miembros de la Iglesia de Cristo. Haga una genuflexión frente al Tabernáculo o Sagrario, mientras saluda a Jesús, realmente presente allí, reconociendo que Él es nuestro Señor y Dios. Después salude a la Virgen María representada en una imagen. Si ha comenzado la Misa al pasar por delante del Altar inclínese con reverencia como señal de respeto.

Vista modesta y apropiadamente con su mejor ropa, como lo haríamos ante una persona importante,¿Y quién es más importante que Dios? Hay modas irreverentes que deben evitarse.

Llegue unos minutos antes para prepararse para este gran misterio de amor, y si se retrasa, busque lugar atrás para no distraer a los demás fieles. Recuerde que al llegar después del Evangelio se incumple el Mandamiento de la Iglesia de oír Misa entera. Los celulares no deben usarse ni para leer ni mandar mensajes…y en caso de emergencia salga de la iglesia. (Se puede usar el teléfono para seguir las lecturas y oraciones). No lea durante la Misa revistas, folletos … (excepto el Misal). 

Si llega antes de que la Misa haya comenzado, siéntese en la parte central de los bancos, para que otros no tengan que pasar por encima de usted. Lleve a los niños a la parte posterior si molestan. Permanezca en silencio mientras esté en la Iglesia. No es el momento ni el lugar para charlar. Si usted tiene que decir algo importante, hágalo silenciosa y brevemente. Recuerde que su conversación podría perturbar la oración de los demás. 

En el Ofertorio del pan y del vino, unamos nuestra vida a la Vida de Cristo que va a ser inmolado; la Consagración es el mejor momento para agradecer, adorar y alabar a Dios y pedir por todos los necesitados de cuerpo y espíritu. Las oraciones suben en ese instante directamente a Dios. 
Debe guardarse ayuno durante 1 hora antes de comulgar. No deben llevarse bebidas o comida al templo ni masticar chicle: rompe el ayuno, distrae a los demás y se considera irrespetuoso.
El momento de la Comunión es muy importante. Examínese si ha confesado todos sus pecados mortales, porque el estado de gracia es indispensable para comulgar. Haga una leve inclinación si no es posible arrodillarse para recibir a Cristo. Recuerde que comulgar en la boca es la norma (en la mano es la excepción a la regla) Sólo las manos consagradas del sacerdote pueden tocar a Dios. Además, al tomar la Eucaristía en las manos, quedan partículas adheridas a la piel que se pierden y Cristo sufre profanación en ellas. 

Después de comulgar convienen quedarse unos minutos en acción de gracias para agradecer el gran don de la venida de Jesús a su alma.

No salga del templo antes de la bendición del sacerdote porque perdería las gracias de la misma. Aguardar hasta que termine el canto de cierre. Puede tomar fotografías una vez terminada la Misa y que hayan salido todos de la iglesia. Siempre muévase con respeto en su interior haciendo la genuflexión ante el Sagrario y una inclinación de cabeza frente al Altar, que es símbolo de Cristo.

Despídase de sus conocidos una vez que esté fuera del templo porque la casa de Dios, por ser un lugar sagrado destinado a la oración, no debe ser perturbada, ni tampoco la oración de los demás.