Müller: el Papa no puede imponer su teología personal


https://www.firstthings.com/web-exclusives/2018/02/development-or-corruption

(extracto)

Cuando el "cambio pastoral" se convierte en un concepto a través del cual algunos manifiestan su acción programática para ignorar la enseñanza de la Iglesia, como si la doctrina fuera un obstáculo para la pastoral, oponerse a ella es un deber de conciencia. Jerónimo, Agustín, Tomás de Aquino y otros grandes autoridades católicas han dado un significado ejemplar con el incidente de Antioquía, Pablo cuando abiertamente se opuso a Pedro, que, debido a su comportamiento ambiguo, "no actuar con la verdad de evangelio "(Gal 2, 14).

Antes que nada, es importante recordar que el Papa, como "persona privada" (Lumen gentium, 25) o como hermano entre hermanos, no puede imponer su teología personal, su estilo de vida o la espiritualidad de su orden religiosa a toda la iglesia. La obediencia como voto religioso es diferente de la obediencia de la fe que todo católico debe a la revelación y a su mediación eclesial. Los obispos están vinculados a la obediencia al Papa debido a su primacía jurisdiccional y no a los votos personales que han hecho. Los cargos papal y episcopal están al servicio de la tutela de la unidad de la fe y de la comunión. Por lo tanto, es parte de los principales deberes del Papa y los obispos evitar la polarización y el crecimiento de una mentalidad partidista.


(...). En cambio, el Magisterio debe tratar de presentar motivaciones convincentes, mostrando cómo su exposición de la fe es en sí misma coherente y en continuidad con el resto de la Tradición. La autoridad del Magisterio papal descansa en la continuidad con las enseñanzas de los papas anteriores. De hecho, si un papa tuviera el poder para abolir las enseñanzas de unión de sus predecesores, o la autoridad incluso para reinterpretar las Escrituras en contra de su sentido corriente, entonces todas sus decisiones doctrinales podrían a su vez ser abolidas por su sucesor , cuyo sucesor a su vez podría cancelar y rehacer todo a voluntad. En este caso, no presenciaríamos un desarrollo de la doctrina, sino el trágico espectáculo del barco de Pedro varado en un banco de arena.(...)