Esto es insoportable




María Ferraz

Nosotros, los católicos que estamos sufriendo la desbandada doctrinal de un sujeto que fue puesto por los masónico-liberales de sankt Gallen al mando de la Iglesia, no soportamos por más tiempo (hablo a título personal) esta pantomima dantesca que quiere ser una tomadura de pelo, y si sólo fuera eso, que pretende cambiar lo que no puede ser cambiado, esto es, la doctrina y los Mandamientos que nos dio el mismo Dios.

Y ahora nos encontramos, no sólo a un impostor que ha usurpado la cabeza de la Iglesia, sino a un ex papa que no ha abierto la boca en 5 años para defender la doctrina de siempre frente al sacrilegio y la herejía.  No hago juicios temerarios, no sé qué pasa con Benedicto, pero sí sé que lo que sale últimamente de su boca o de su puño no es precisamente para corregir al que yerra.

Por pura desesperación ya no sabemos qué pensar y especulamos siempre para disculpar, con ideas cada vez más peregrinas que caen en lo ridículo, al emérito que no sale a defender a las ovejas de los lobos que ya han devorado a parte del rebaño. ¿Que está sedado, secuestrado, drogado, que está bajo control MK Ultra, que lo que escribe no es suyo sino que alguien lo falsifica?, ¿que lo mantienen vivo para que ratifique las fechorías bergoglianas?, ¿que han fabricado un doble, como en el caso de Lucía de Fátima y Pablo VI, lo cual está, en efecto, documentado? 


Todo cabe como suposición pero eso no quita que los católicos digamos basta y prescindamos ya de todo lo que viene de Roma, a riesgo de perder nuestra fe.

Ni siquiera los cardenales dubia han seguido con su corrección. Vergüenza para ellos, no caben las excusas.

Ninguna excusa para el maltrato que estamos sufriendo, el sobresalto continuo, la desesperanza que ya se apodera de muchos ánimos. No hay derecho a martirizar así al Cuerpo Místico de Cristo.

Yo no añado nada, pero el que tenga que investigar que investigue. Es un deber sacarnos de la incógnita en la que nos han sumergido estos malvados.

Todos nos presentaremos ante Dios, pero unos con cargas superiores a otras. La responsabilidad mal correspondida puede acarrear un largo purgatorio, cuando no un infierno eterno.


Dios al final vence, pero esa victoria se hará esperar.