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Millones de abejas cayeron muertas después de que el maíz transgénico fue plantado hace unas semanas en Ontario, Canadá. El apicultor local, Dave Schuit, que produce miel en Elmwood, perdió alrededor de 37 millones de abejas, que son unas 600 colmenas.
"Una vez que el maíz comenzó a sembrarse, nuestras abejas murieron por millones", dijo Schuit. Mientras que muchos apicultores culpan a los neonicotinoides, o "neónicos" por el colapso de las colmenas en las abejas, y muchos países de la UE han prohibido la clase de pesticidas neonicotinoides, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos no puede prohibir los insecticidas conocidos como neonicotinoides, fabricados por Bayer CropScience Inc.
Dos de los pesticidas más vendidos de Bayer, Imidacloprid y Clothianidin, se incorporan al polen y al néctar, y pueden dañar insectos beneficiosos como las abejas. La comercialización de estas drogas también coincidió con la ocurrencia de muertes de abejas a gran escala en muchos países europeos y en los Estados Unidos.
Nathan Carey, otro agricultor local, dice que esta primavera notó que no había suficientes abejas en su granja y que cree que hay una fuerte correlación entre la desaparición de las abejas y el uso de insecticidas.
En el pasado, muchos científicos han luchado para encontrar la causa exacta de las muertes masivas, un fenómeno que denominan "trastorno del colapso de colonias" (CCD). En los Estados Unidos, durante siete años consecutivos, las abejas melíferas están en declive terminal.
Científicos estadounidenses han encontrado 121 pesticidas diferentes en muestras de abejas, cera y polen, dando crédito a la noción de que los pesticidas son un problema clave. "Creemos que algunas interacciones sutiles entre la nutrición, la exposición a los pesticidas y otros factores estresantes convergen para matar las colonias", dijo Jeffery Pettis, del laboratorio de investigación de abejas del ARS.
El colapso de la población global de abejas melíferas es una gran amenaza para los cultivos. Se estima que un tercio de todo lo que comemos depende de la polinización de las abejas melíferas, lo que significa que las abejas contribuyen con más de 30 mil millones a la economía mundial.
Un nuevo estudio publicado en el Journal Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias reveló que los pesticidas neonicotinoides matan a las abejas al dañar su sistema inmune y hacer que sean incapaces de combatir enfermedades y bacterias.
Después de informar grandes pérdidas de abejas después de la exposición a Imidacloprid, se prohibió para su uso en maíz y girasoles, a pesar de las protestas de Bayer. En otro movimiento inteligente, Francia también rechazó la solicitud de Bayer de Clothianidin, y otros países, como Italia, también han prohibido ciertos neonicotinoides. Después de la muerte de abejas récord en el Reino Unido, la Unión Europea ha prohibido la administración de múltiples plaguicidas, incluidos los plaguicidas neonicotinoides.