Obispos italianos se oponen a gobierno democrático


Los italianos, en las últimas elecciones, votaron masivamente a Lega y 5 Estrellas, partidos nacionalistas y anti inmigración, los cuales por lo visto, no caen bien ni al presidente de Italia, Mattarella, que apoya el gobierno masónico de la Unión Europea, ni a la Iglesia, que ya se sabe que está por las fronteras abiertas y por recolocar a los musulmanes hasta debajo de las alfombras. Increíble a donde está llegando Francisco en su servilismo por Soros y compañía: a oponerse a la voluntad popular de todo un país y favorecer a los mundialistas.

Informa Crux:


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(...) durante una reunión plenaria reciente de los obispos italianos, el cardenal Gualtiero Bassetti de Perugia, presidente de CEI, juró que los obispos regresarían a su papel tradicional de ser una "conciencia crítica". La mayoría de los observadores lo tomaron como una luz verde de Bassetti, y así indirectamente del Papa Francisco, para que los obispos regresen al juego.
Durante el fin de semana, el obispo Nunzio Galantino, secretario del CEI y posiblemente el prelado italiano más cercano a Francis, hizo precisamente eso, y se pronunció a favor de Mattarella antes y después de su decisión de bloquear el gobierno propuesto.

El sábado, antes de que Mattarella convocara a Giuseppe Conte, el candidato elegido por el Lega y el Five Star Movement para actuar como primer ministro, Galantino se dirigió a la televisión italiana para criticar la postura anti-UE del gobierno propuesto.
"Cuando pierdes el deseo de hablar racionalmente sobre lo que es necesario en Europa hoy, y solo consideras todo como algo que se descarta, te arriesgas a poner a Italia en una situación de la que sería difícil recuperarse", dijo Galantino.

En el mismo momento, Marco Tarquinio, editor del extenso periódico leído de CEI (la conferencia de obispos) Avvenire, publicó un editorial de primera plana que subrayaba la prerrogativa de Mattarella de aceptar o rechazar un gobierno propuesto.

"El presidente Mattarella está actuando como un árbitro, con sabiduría y buen juicio, interesado solo en el bien común y la función propia del extremadamente serio 'juego' de la política", escribió Tarquinio.

Algunos observadores italianos creen que la muestra aparentemente coordinada (de la Iglesia italiana) de apoyo puede haber ayudado a envalentonar al presidente de 76 años para dar el paso bastante audaz de derribar la posibilidad de un gobierno, después de 84 días de un vacío político.

Después de que se anunció el veto, Galantino fue igualmente cálido con Mattarella.

En una entrevista con la agencia de noticias Sir, Galantino confirmó su "cercanía" con el presidente italiano y dijo que lo "acompaña con la oración".
"Los momentos de tensión no pueden superarse intensificándolos, sino encontrando caminos que no pueden estar fuera de la constitución", dijo Galantino, ignorando indirectamente los pedidos de destitución de Mattarella, y tal vez dando a entender que está de acuerdo en que Savona (el candidato euroescéptico elegido como ministro de economía) habría sido inconveniente.

En el escenario perennemente "Alicia en el país de las maravillas" de la política italiana, pocas cosas parecen ciertas ahora. Sin embargo, al menos parecería que pase lo que pase, la Iglesia ya no parece contenta de mantenerse al margen.