Los obispos apoyados por el estado acordaron alinear la fe con los ideales comunistas
China lanzó un plan de cinco años para el "desarrollo" de la Iglesia Católica, con el objetivo de alterar los principios y las prácticas religiosas para que coincidan con los ideales comunistas chinos. Este plan fue aprobado por la Asociación Patriótica de Católicos Chinos y el Consejo de Obispos Chinos, ninguno de los cuales es reconocido por la Santa Sede.
El objetivo de este plan es eliminar la "influencia extranjera" y garantizar el control gubernamental de todas las actividades religiosas, incluida la presentación de líderes religiosos al Partido Comunista.
Los grupos no han publicado detalles específicos, pero el plan de cinco años incluirá "comprender la historia de la iglesia" en China, impulsar la investigación teológica y enfatizar el evangelismo. La arquitectura, las artes y la liturgia también cambiarán para ajustarse mejor a los ideales chinos.
La idea de que las religiones deben ajustarse a los principios chinos ha prevalecido durante muchos años, pero el presidente Xi Jinping enfatizó la idea en un discurso de 2015 ante el Frente Unido, el órgano de supervisión de todas las entidades no comunistas en China. Durante el discurso, Xi pidió la erradicación de las influencias externas en la religión.