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Macron está perdiendo el control de las zonas prohibidas dominadas por el Islam en Francia, pide ayuda al público
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, admitió que Francia perdió la batalla contra el narcotráfico dentro del creciente número de zonas prohibidas (dminadas por musulmanes) en el país.
En un discurso para 600 invitados políticos y de negocios en mayo, Macron llamó a los alcaldes locales, junto con la población, a encontrar soluciones adecuadas para los problemas en las 1.500 zonas prohibidas o "áreas sensibles" de Francia como las llama Francia.
Muchos alcaldes fueron sorprendidos por el discurso de Macron. Esperaban directrices políticas concretas. Las propuestas de Macron están muy lejos de la ambiciosa estrategia para las zonas sensibles que el ex ministro Jean-Louis Borloo había desarrollado y publicado previamente en nombre de Macron.
En cambio, Macron pasó la pelota: no él, sino sus predecesores han causado los problemas de hoy. Todas las soluciones diseñadas desde arriba han fallado, por lo que deben venir de abajo. Pidió una "movilización general" de la población, organizándose para salvar a la nación.
En términos de seguridad, Macron pidió una "sociedad de vigilancia". Si apartas la vista, si hay problemas en tu entorno, te vuelves cómplice. Aunque esto sucede a veces por miedo (en las áreas focales), pero depende de las personas establecer límites.
Anunció que para 2020 habrá 1.300 agentes de policía adicionales en 60 vecindarios sensibles. Todos pueden informar problemas en un sitio web central. Se estima que seis millones de personas, aproximadamente una décima parte de la población francesa, viven en los 1.500 barrios que el gobierno clasifica como áreas sensibles.
Ya en 2011, un informe innovador de 2.200 páginas titulado "Suburbios de la República", concluyó que muchos suburbios franceses se están convirtiendo en "sociedades islámicas separadas" aisladas del estado francés y donde la ley islámica está desplazando rápidamente la ley civil francesa.
Los autores mostraron que Francia, donde hay ahora 6,5 millones de musulmanes (la población musulmana más grande de la UE), enfrenta una gran explosión social como resultado de la falta de integración de los musulmanes en la sociedad francesa.