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Siento la necesidad de decir esto al menos una vez a la semana a los padres cuando se trata de su papel en el desarrollo espiritual de sus hijos:
Ustedes. Son. Los. Padres.
Cuando su hijo fue bautizado, ustedes dijeron que tomarían la iniciativa en el desarrollo espiritual y moral de sus hijos. Esta idea de perrmitir a su hijo decidir si va a participar en ese desarrollo, es una negligencia en el cumplimiento del deber.
Los buenos padres no dejan que su hijo decida si va o no a la escuela.
Los buenos padres no permiten que su hijo determine su dieta.
Los buenos padres no dejan que sus hijos determinen sus horarios de sueño. Me imagino que los buenos padres no dejan que sus hijos determinen si el niño quiere o no obedecer a sus padres.
Me imagino que los buenos padres no permiten que su hijo determine muchas facetas necesarias e importantes en la vida de su hijo.
Tal vez a medida que el niño crece, se le da más margen para ayudarlo a decidir ... pero para tomar buenas decisiones.
¿Por qué diablos tratamos la fe como si fuera tan personal e individual que el niño decide si va a participar de lo que edifica su fe? ¿Por qué dejamos que un niño decida si va a Misa? El catolicismo no es un buffet de opciones. Es una forma de vida.
Hacemos esto y luego nos preguntamos por qué el niño cuando crece trata la fe como un buffet en el que escoge según lo que quiere. Hacemos esto y enseñamos a nuestros hijos la rebelión contra Dios.
Mi trabajo como pastor es llamar a los padres para que cumplan con el compromiso que hicieron en el bautismo de sus hijos (llevándolos hasta la Confirmación, apoyando la Confesión etc) . No fueron solo palabras. Fue una promesa hecha a Dios.