Mientras media Italia está pendiente del destino del barco de la oenegé alemana Lifeline, el ministro de Interior, Matteo Salvini, ha querido abrir otro frente de discordia. Esta vez ha sido la obligatoriedad de las vacunas, aunque el Ministerio de Sanidad esté controlado por Giulia Grillo, del Movimiento 5 Estrellas (M5E).
“Pienso que diez vacunas obligatorias son inútiles y en bastantes casos casi peligrosas, si no dañinas”, dijo en una entrevista en RadioStudio54. “Somos dos, una alianza Liga y M5E, y hace falta hablar con los aliados. A la ministra Grillo le he empezado a hablar de este tema”. Según explicó, su prioridad es “que todos los niños entren en clase, vayan al colegio” aunque no estén vacunados. La ley actual prevé multas de 500 a 7.500 euros a los padres o tutores que no vacunen a sus hijos y que los centros escolares deban verificar si han sido vacunados.
(...)Di Maio está contemplando como Salvini no sólo está actuando como el verdadero jefe del Ejecutivo, sino que además quiere adentrarse en asuntos que no son su cuota en el pacto que alcanzaron para gobernar Italia. La estrategia le está saliendo muy bien. Una encuesta de principios de esta semana ya situaba a la Liga como el primer partido italiano con el 29,2% de los votos (en marzo obtuvo el 17%), por encima incluso de los grillini, que bajarían del 32 al 29%.
La Vanguardia
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