Vuestra alma Me conoce y Me añora




Dios Padre a Javier Viesca (México)

Hijito Mío, Mi Corazón arde fuertemente por todos vosotros. ¡Cómo quisiera que vuestro corazón ardiera de la misma forma en que arde el Mío por vosotros! Ciertamente, en algún momento sucederá, cuando Me veáis frente a frente.

Vuestra alma añora verMe, añora estar Conmigo. Vuestra alma Me conoce, pero el hombre, al tomar su voluntad como propia, se aparta de Mí y esa es la eterna lucha en la vida del hombre: el alma quiere regresar con su Creador y la carne quiere gozar, lo que el Mundo le da.

¡Cuánto error hay a vuestro alrededor! ¡Con cuánto error os ha engañado satanás!, os pone tantas mentiras a vuestro alrededor y vosotros os dejáis llevar por ellas y esto, porque vosotros no le dais el primer lugar a lo que el alma necesita. 

Estáis alimentando a vuestro cuerpo y podría decir, mal alimentando y, a vuestra alma, a la cual debieras alimentar mejor, porque es la que va a trascender, porque es la que se va a presentar ante Mí al final de vuestra misión, a ella no le hacéis caso, no buscáis lo espiritual, que es lo que vale en vosotros, por vuestra falta de Fe y la falta de amor hacia Mí, no estáis viviendo la vida que debéis vivir.

Os he dado el cuerpo, para que vuestra alma pueda transitar en el Mundo, en un Mundo físico, en un Mundo que debe conocer lo espiritual. Es un vehículo, os lo he explicado antes, vuestro cuerpo es un vehículo que debe llevar a vuestra alma a misionar; lo que importa en vosotros, es lo que Yo os he dejado en vuestra alma.

Toda la Evangelización que os dejó Mi Hijo, es Alimento para vuestra alma y ¿cuántos de vosotros, realmente, alimentáis a vuestra alma con lo que se os ha dejado en las Sagradas Escrituras?

Preferís los intereses del Mundo, os dejáis llevar por las cosas superfluas que hay a vuestro alrededor. Preferís lo que viste y alimenta a vuestro cuerpo o el gozo que le podáis dar ¿y vuestra alma?, os pregunto nuevamente y, a vuestra alma, ¿qué trato le estáis dando?, ¿está creciendo vuestra alma, al mismo ritmo que crece vuestro cuerpo, o aún mayor, que así debiera ser?, ¿estáis protegiendo a vuestra alma contra los ataques del Mundo?, ¿estáis tratando, acaso, de que se mantenga limpia, pura, sana, santa?, ciertamente que no.

Os dejáis poseer por satanás fácilmente, porque le dais cabida al pecado que se os muestra a vuestro alrededor, día a día, noche a noche y ¿vuestra alma?, ¿qué alimento le dais?

Os he dado vuestra alma, que es vuestro ser, para cuidarla, para hacerla crecer y para que todo el Conocimiento, que viene de Mí, lo podáis compartir con vuestros hermanos y les ayudéis a esas almas, que están a vuestro alrededor, a conocerMe, a amarMe, a dejarse guiar por Mi Voluntad, a enamorarse de Mi Amor. 

Mis pequeños, vuestra alma va a trascender, es vuestra alma la que se va a presentar ante Mí, al final de vuestros días. Vosotros, en la Tierra, os vestís con vestimentas caras, bellas, atractivas, para presentarse ante vuestros hermanos y seáis bien aceptados por ellos y eso está bien. Debéis buscar la pulcritud, también, de vuestro cuerpo y de vuestro vestir; sentís que vuestra alma, como no se ve, como no la mostráis a vuestros hermanos, no os preocupáis por ella, pero estáis equivocados, Mis pequeños, sí mostráis a vuestros hermanos, lo que vive vuestro interior, vuestros actos lo demuestran, vuestra manera de hablar, vuestra manera de tratar a vuestros hermanos, vuestra manera de vivir, eso viene de vuestra alma. Las Virtudes, el Amor, todo eso pertenece a vuestra alma y aquellos que saben ver el alma, a través de las acciones de sus hermanos, saben darse cuenta de lo que vosotros traéis por dentro.

Pero, lo más importante, Mis pequeños, es que, cuando regreséis a Mí, nada más será vuestra alma la que regrese a Mí, ya no tendrá vuestra forma corpórea, ya no estará cubierta con ese traje humano que os di para vivir en la Tierra, vuestro cuerpo se quedará aquí en la Tierra y polvo será nuevamente, vuestra alma mantiene una vida, la vida espiritual, la vida que realmente vale para el hombre, una vida que va a trascender, la vida que va a ser premiada, castigada, se presentará ante Mí. 

¿Cómo estaréis, Mis pequeños?, ¿realmente estaréis orgullosos de presentaros ante Mí?, ¿os presentaréis con alegría, con un deseo grande de abrazarMe, de besarMe, de contarMe todo lo que vivisteis en la Tierra?, ¿cuánto hicisteis para que vuestros hermanos Me conocieran y Me amaran?, ¿cuánto hicisteis, vosotros mismos, para que la Sabiduría que Yo os doy, os hiciera crecer ante Mis Ojos y vosotros mismos os llenarais de esa Sabiduría Santa que os hace gozar de Mi Gloria, ya desde la Tierra? ¿Qué hacéis por vuestra alma? ¿Qué hacéis para darMe ese gusto de saber que todo lo que Yo os he dado, no ha sido en vano?, que lo que se os dio en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento, ha encontrado asiento y gozo en vuestra alma.

Ese es el regalo que Me daréis, que quiero ver de cada uno de vosotros, que lleguéis ansiosos a buscar a vuestro Dios Creador, a vuestro Dios Redentor, a vuestro Dios Consejero del alma. 

¡Cuánto Amor siento por cada uno de vosotros! ¡Mi Corazón, lleno de Fuego, de un Fuego de Amor que no se extingue en Amor por vosotros, está para gozaros! Os gozo inmensamente y más, cuando veo que le dais el debido respeto, el debido amor, el debido alimento a vuestra alma, porque todo eso viene de Mí, de vuestro Dios, el que os creó para amaros y para que Me amaráis.

Os Bendigo, Mis pequeños y que la Luz del Espíritu Santo os ilumine, para que llenéis vuestra alma de Mi Amor y de Mi Sabiduría Divina.

Gracias, Mis pequeños.