La Coronilla de la Misericordia Me es irresistible




Jesús:

Anuncien a todos la Verdad sin miedo. Anuncien a todos, los Mensajes de Mi Madre sin miedo. Para que entonces, las almas puedan conocer su estado de pecado, de maldad, puedan entonces sentir la necesidad de amarme y de repararme. Y así, puedan las almas arrepentirse de sus pecados, volver a Mi Sagrado Corazón y vivir verdaderamente en Mí una vida nueva en el amor. 
Por fin, sean la luz del mundo, viviendo todos los días con su mirada vuelta para lo alto, para Mí. 
Vivan vigilantes, porque Mi vuelta es inminente y no saben ni el día ni la hora. Por eso, queden atentos, vigilen, para que verdaderamente en el día de Mi vuelta, Mi Sagrado Corazón les encuentre como verdaderas lámparas ardientes, iluminando el mundo y esparciendo por todas partes el perfume delicioso de la santidad, de la gracia, de la oración, del Santo Temor de Dios y entonces, finalmente, Mi Corazón Sagrado pueda triunfar por medio de ustedes y Yo pueda introducirlos en el Reino de Mi Padre que les está preparado desde la creación del mundo.
Recen, recen mucho, recen el Rosario de Mi Madre, pues, todo aquél que lo rece con amor y piedad, no conocerá las llamas del infierno. No puedo condenar jamás a un alma verdaderamente devota del Rosario de Mi Madre. Por eso, recen el Rosario todos los días.
Recen la Coronilla de la Misericordia Meditada todos los días, pues, esa Coronilla es irresistible a Mi Sagrado Corazón. No puedo resistir a nadie que Me pida cualquier gracia rezando la Coronilla de Mi Misericordia. Y Mi Divino Padre también no puede negar ninguna gracia que le es pedido en nombre de Mi Pasión.
Yo les amo a todos. 
Amo con amor especial este lugar, que es caro a Mi Sagrado Corazón y al Corazón de Mi Madre, como la niña de Mis ojos. 
Bendigo a todos y bendigo también a ti Marcos, el más esforzado, dedicado y abrasado de amor de Mis hijos. 
Gracias por haber ofrecido una noche más de sufrimiento a Mi Sagrado Corazón y al Corazón de Mi Madre. 
Sí, todo sufrimiento ofrecido con amor, vuelve a la tierra en forma de lluvia abundante de gracias. 
La gracia, las bendiciones que pediste para tu padre espiritual Carlos Tadeo, serán dadas por medio de esos sufrimientos que has ofrecido por él. 
Continúa, continúa hijo Mío a ofrecer, pues, el sufrimiento ofrecido es amor que sube al Cielo, que vuelve a la tierra como un orvallo dulce, como un orvallo regenerador que renueva, que restaura todas las cosas. 
Yo te bendigo y bendigo a todos con amor: de DOZULÉ… de PARAY-LE-MONIAL… y de JACAREÍ.”