Vuestra oración empuja Mi plan maestro



Hijos de mi Divina Voluntad

Yo soy el gran Yo soy. Yo soy el Rey de la Misericordia. Yo soy. Abridme vuestros corazones.
Rendíos. Dadme permiso para transfiguraros para Mi gloria.

No me neguéis nada porque al hacerlo evitáis que las bendiciones os lleguen.

Entrad en Mi voluntad divina y realmente desead crecer en santidad.

No pido lo imposible.
Sé todo sobre vosotros, y también sé de lo que sóis capaces.

Aceptad servir. Obedecerd Alimentad vuestras almas. Leed mi palabra

Apagad vuestros televisores y leed las vidas de los Santos.

Encontrad modelos a seguir y mentores para iluminar vuestro camino. No dejéis nada al azar.

Orad por guía. No rompáis Mis mandamientos, porque esto os aleja de Mí.

Ayunad, amados.

Millones se niegan a abrirme sus corazones

Ayunad para romper fortalezas en toda la Tierra.

El tiempo es la esencia. No deseo que una sola alma se pierda.

Consolad mi corazón roto, y servid con toda humildad.

Grande será vuestra recompensa cuando cruceéis hacia el reino espiritual.

Orad sin cesar y sonreíd cuando las adversidades se crucen en vuestro camino.
Mantened la paz.

 No te he dejado huérfanos. Pedidle al Espíritu Santo que ilumine vuestro día.
Ponedlo a trabajar. Enviadlo a la batalla delante de vosotros, cuando sea necesario.
(...)

Ahora transformo la faz de la Tierra. Mucho cambio está en camino.

Permaneced en oración, porque esto ayudará a avanzar Mi plan maestro.
(...)

Caminad en la victoria, Pequeños. Recordad vuestra identidad en Cristo y no temáis al Mal.

Os dejo Mi beso de paz. Shalom

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